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Vigo abre la hostelería con límites y acepta reuniones de no convivientes

Los establecimientos hosteleros solo podían servir alimentos y bebidas para llevar.
photo_camera Los establecimientos hosteleros solo podían servir alimentos y bebidas para llevar.
La ciudad mantiene el cierre perimetral junto con Mos, Nigrán y Gondomar, pero sin Redondela y O Porriño

 La ciudad de Vigo pasará a partir del viernes del nivel de alerta máximo por la incidencia de covid al medio-alto al mejorar su evolución. Esto implica que la hostelería puede abrir en el interior con un aforo máximo del 30% y en terraza del 50% hasta las cinco de la tarde. Además se permiten las reuniones de no convivientes (hasta ahora solo podían hacerlo los que compartían el mismo techo), pero hasta un máximo de 4 personas. Sin embargo, el cierre perimetral (prohibición de entrar y salir) que se acordó el 7 de noviembre se mantiene en vigor con un pequeño cambio y es que la movilidad interna se hará en la  “almendra” formada por Vigo,  Mos, Nigrán y Gondomar, mientras que O Porriño y Redondela salen del grupo, siguen en el nivel máximo y tendrán un cierre perimetral individual y en este caso la hostelería solo podrá servir en las terrazas al 50% hasta las cinco y con 4 personas máximo.
Dentro del área sanitaria viguesa están también en este nivel de máxima alerta Ponteareas, Tui y Moaña, mientras A Guarda entra en el nivel medio-alto y se cierra.
La Xunta inicia así un proceso de desescalada, que será distinto para municipios de más de 10.000 habitantes y los de menor tamaño, y que se divide en cuatro fases.
Los municipios con distintos niveles de restricción tendrán cierre perimetral y en el resto, con una incidencia por debajo de 100 casos por 100.000 habitantes en municipios grandes y por debajo de 150 casos en los municipios de menos de 10.000 habitantes,  habrá libertad de movimientos. 
El Comité Clínico que asesora a la Xunta no introdujo cambios en el interior de los comercios, con aforos del 50%, ni en el transporte público en el horario nocturno, que se mantiene en las 11 de la noche como tope para volver a casa.
Tras anunciar estas novedades, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, pidió que no se interpreten estas medidas como una invitación a relajarse. “No hay razón para confiarnos. Sigue habiendo contagios y cuanto más abrimos más riesgo hay. Por eso pido responsabilidad”, indicó. La Xunta aumentará al máximo el  rastreo.

El cierre perimetral se levantará con una incidencia inferior a 100 casos

 El Comité Clínico, que se reunió este martes y presidió Feijóo, decidió suprimir el cierre perimetral en las áreas de Santiago y Ourense y los concellos limítrofes, mientras que otros 56 municipios siguen cerrados, entre ellos Vigo, Pontevedra, A Coruña y Ferrol, aunque sí han podido relajar las restricciones que mantenían desde hace semanas por la “tendencia sostenida” a la baja de contagios y ocupación hospitalaria, que bajaron un 25% en noviembre. La Xunta diseñó una desescada en cuatro fases, con distintos niveles de intensidad en función de cómo evolucione la pandemia:

Nivel máximo. Incluye las “almedras” de Pontevedra-Poio-Marín, O Grove-Sanxenxo, Carballo-Laracha y, de manera individualizada los ayuntamientos de Tui, Ponteareas, Moaña, Vilalba, Narón, Redondela, Porriño, Cambados y As Pontes. Podrá abrir la hostelería pero solo las terrazas, con una capacidad de hasta el 50 % y solo hasta las 17 horas, y en ellos se volverán a permitir las reuniones entre convivientes, prohibidas estas últimas tres semanas, con un máximo de cuatro personas. En este nivel estarán los municipios de más de 10.000 habitantes con incidencia acumulada de casos a 14 días igual o superior 250. 

Nivel medio-alto. Están Ferrol-Fene-Neda, así como Vigo-Mos-Nigrán-Gondomar; Vilagarcía-Vilanova de Arousa; y los municipios de Lugo, Lalín y Cangas, de más de 10.000 habitantes. También las zonas de Coristanco-Cabana de Bergantiños-Malpica-Ponteceso y las de Meis-Meaño-Ribadumia, y la de Cee-Dumbría-Muxía, y los municipios de Oroso, A Guarda, Vimianzo, Ridadavia, Xinzo y Vilaboa, de menos de 10.000 habitantes. Podrá abrir la hostelería en interior, con un aforo máximo del 30 %, y un 50 % en el exterior, hasta las 17 horas y en grupos de hasta cuatro personas. Corresponderá a los municipios con una incidencia acumulada entre 150 y 250 a 14 días por 100.000 habitantes.

Nivel medio. Las zonas de A Coruña-Arteixo-Oleiros-Cambre-Culleredo, Burela, Laxe, Silleda, Soutomaior, Pontecaldelas, Barro y Cercedo-Cotobade. Podrá abrir la hostelería hasta un 40 % de aforo en interior y el 50 % en exterior y ya hasta las 23 horas, además de que el número máximo para las reuniones se eleva a seis personas. La incidencia en este nivel tendrá que ser de entre 100 y 150 a 14 días, para los municipios de más de 10.000 habitantes, de entre 150 y 250 en los que tengan menos de esta población. 

Nivel básico. Es el que mantienen la mayoría de los municipios gallegos y al que se incorporarán, desde el viernes, Santiago-Ames-Teo y Ourense-Barbadás-Pereiro de Aguiar, y A Estrada y Ares. Ya no tendrán cierre perimetral ni restricción de movilidad y podrán abrir los locales de hostelería, con una ocupación del 50 % en interior y el 75 % en exterior, hasta las 23 horas y con un máximo de seis personas por grupo. Estos municipios son los que registran una incidencia acumulada por debajo de 100 casos, para los de más de 10.000 habitantes, o menos de 150 para los más pequeños. El plan de desescalada  se publcia hoy en el Diario Oficial de Galicia.

Dos fallecidos procedentes de residencias en el área viguesa

 El área sanitaria notificó ayer 115 contagios, trsa una jornada en la que se realizaron 1.903 pruebas PCR. Su nivel de enfermos activos sigue por segundo día consecutivo por debajo de los dos mil: son 1.984 personas, 82 hospitalizadas y 17 de ellas en UCI. Vigo ciudad contaba ayer con 756 casos acumulados en dos semanas. La noticia más negativa fue que se sumaron dos nuevos fallecidos de los 7 que se registraron en toda Galicia. Se trata de un hombre de 75 años ingresado en el Cunqueiro que procedía de la residencia CRAPD-Vigo 2 y también una mujera de 86 años que murió en la residencia integrada que creó la Xunta en O Calvario y que venía de la residencia Bodía de Nigrán.
 

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