La normalidad de siempre se impuso durante el fin de semana en los dos puntos que funcionan como barómetro del estado del verano vigués: las playas (Samil y O Vao sobre todo) y el Parque Nacional Islas Atlánticas. En ambos casos con llenos absolutos, los que estrenan la temporada, en el primer caso en arenales con aforos reducidos y en el segundo en las Cíes, donde el cupo está fijado desde hace dos años en 1.800 visitantes al día.
Todo ello en otro día en máximas temperaturas: en el día más raro para unas votaciones, en pleno julio, el termómetro llegó en Vigo hasta los 30,5 grados, pero con la peculiaridad de que el sol apretó con fuerza desde primera hora. Claro que en la comarca las cosas estaban mucho más calientes, con los casi 38 de Arbo, que fue la más alta de Galicia. El día anterior había sido Redondela.
Meteogalicia advirtió sobre una alerta amarilla e incluso naranja en las zonas del interior y no se equivocó en esta ocasión: y la previsión es que continúe la ola durante toda la semana, con cielos despejados y más de 30 grados asegurados al menos hasta el siguiente sábado.
En Samil y O Vao, con la superficie parcelada, pocos embotellamientos y mayoría de bañistas venidos de fuera por segunda jornada consecutiva. La reapertura de la frontera con Portugal ha permitido recuperar otra estampa clásica del estío vigués, con autobuses del país vecino aparcados en las proximidades y con grupos ocupando las mesas del paseo. Aunque en teoría -así lo aseguraron desde el Concello hace semanas- está prohibido comer en Samil (de forma absoluta en la hierba bajo los pinos), los excursionistas mantuvieron la vieja normalidad en una playa que para los visitantes de "alén o Miño" es un parque de atracciones "cinco estrellas", pese a que las piscinas están clausuradas y es más difícil encontrar donde dejar la toalla. Vigo cuenta con 48 playas en su territorio municipal, de todos los tamaños, desde gigantes como Rodas o Samil, a calas diminutas, y de todos los tipos, incluidas al menos tres nudistas, y 10 banderas azules.
El Parque Nacional toma impulso con sucesión de llenos en las islas
El fin de semana marcó el primer lleno en el Parque Nacional de las Cíes, al haberse completado el aforo tanto el sábado como el domingo, con cerca de 5.000 turistas en la suma de excursiones de un día (1.800), grupos (200) y campistas, que pueden alcanzar los 600, aunque están limitados de forma voluntaria a 350 o 400 máximo. Para hoy, lunes, están ya vendidas más de mil plazas de visita de un día, y todo apunta a que el movimiento irá a más a medida que se sucedan las jornadas veraniegas, con altas temperaturas: ayer se superaron los 30 grados en las Cíes, que en términos relativos suponen más que los 33 de Vigo por la incidencia del sol directa. Aunque las cifras de 2019 serán imposibles de recuperar -medio millón en total- en 2020 se podría salvar aún la temporada. n
