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Víctimas del timador de ancianas: “Que le pongan a picar piedra”

Charo y Lucinda  interpusieron una reclamación judicial ayer en los juzgados de Vigo.
photo_camera Charo y Lucinda interpusieron una reclamación judicial ayer en los juzgados de Vigo.

Las afectadas piden un cambio legal tras la baja condena de 21 meses por diez estafas

 Iba bien vestido, con un talonario de facturas y una carpeta de papeles. Acudía siempre a viviendas donde sabía que residían personas mayores solas, mayoritariamente mujeres octogenarias y se hacía con su nombre robando del buzón la correspondencia. De esta forma, llamaba a los timbres, preguntaba directamente por su víctima y, para ganarse su confianza, decía ser funcionario del Concello o de Hacienda. La estrategia era siempre la misma. Una vez que le abrían la puerta, reclamaba una cantidad de entre 150 y 300 euros  en concepto de una deuda ficticia, bien por un nuevo impuesto municipal, bien del catastro e incluso para hacer frente a una cuota por las luces de Navidad. 


M.C.V., de 65 años,  sumó ayer su cuarta condena en firme tras una nueva conformidad en el juzgado de lo Penal 2 de Vigo tras admitir que con el método citado estafó a diez personas mayores en sólo seis meses desde septiembre de 2017.  Se trata del cuarto acuerdo judicial del que se beneficia desde que se detectara su oleada delictiva en  la ciudad. El de ayer le condenó a 21 meses de prisión, frente a los cuatro años y medio de cárcel que solicitaba inicialmente la Fiscalía.
A la importante rebaja se suma el hecho de no podrá hacer frente a las indemnizaciones por el dinero sustraído a las víctimas, ya que es insolvente. La representante del Ministerio Público explicó a las afectadas la situación y el acuerdo de condena generando gran indignación entre las víctimas. “No se puede hacer más, con la Ley en la mano, no tiene bienes”, comentaba. 
“Pues que le pongan a picar piedra, o hacer trabajos sociales para compensar lo que nos ha hecho”, decía una de las afectadas. 
Aseguraban ayer sentirse “totalmente desprotegidas, él tiene un abogado y nadie nos dijo que podíamos personarnos”. Tras el jarro de agua fría que supuso la decisión judicial y que evitó la celebración del juicio, pese a que tuvieron que acudir a primera hora de la mañana, algunas de las afectadas interponían una queja al Poder Judicial en los propios juzgados para que haya un cambio legal, “somos personas vulnerables, pero se les protege más a los delincuentes”.

“Le reconocí porque ya había venido, entonces me zarandeó y empujó”

 El estafador no siempre actuaba de forma pacífica con las víctimas, a pesar de su edad avanzada. En dos ocasiones, cuando se vio comprometido o descubierto llegó a causar lesiones  a los perjudicados.
Una de las mujeres explicó que era la segunda vez que iba a su casa, pero cuando llamó no le reconoció. “No quería dejarle entrar pero al abrir puso el pie y accedió a mi casa. Entonces cerré la puerta con llave y al decirme que tenía que pagarle me di cuenta que ya había estado en otra ocasión y pedí ayuda al botón de Cruz Roja. Al percartarse, me agarró fuertemente del pecho y me zarandeó para quitarme las llaves y huir. Yo estaba recién operada y me causó diversas lesiones”, relataba.
Otra víctima pudo esquivarle gracias a su hija y su nieto, que estaban en la casa. El estafador no lo sabía y ella, enferma de Alzheimer le abrió la puerta. Pero la hija escuchó lo que pasaba y supo que era una estafa. Fue el nieto el que salió a hablar con él, “le pedí la identificación y mi madre le hizo una foto, se puso nervioso y me amenazó con clavarle un paraguas, ambos forcejeamos y al final logró escapar”. El joven asegura que llegó a decir que tenía cáncer.n

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