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Valença estrena tren eléctrico a Oporto pero hasta Vigo irá el viejo automotor

El viejo automotor Tren Celta que hace -ahora suspendido- el servicio Vigo-Oporto en Valença.
photo_camera El viejo automotor Tren Celta que hace -ahora suspendido- el servicio Vigo-Oporto en Valença.
La inauguración el próximo 25 de abril no supondrá ningún cambio para Vigo, ya que el servicio seguirá con los viejos y lentos automotores diésel, debido a la diferente tensión en las vías de Portugal y España. Habrá que esperar a que funcionen los automotores híbridos comprados por Comboios, que llegarán en 2025 

Portugal estrena el próximo 25 de abril, su fiesta nacional, el servicio comercial ferroviario entre Oporto y Valença do Minho con trenes eléctricos, una vez finalizadas las pruebas en el tramo de 48 kilómetros entre esta última ciudad y Viana do Castelo. La inauguración oficial será al día siguiente, 26 de abril, con la presencia del primer ministro portugués, Antonio Costa. La noticia, muy esperada en Vigo, no supondrá sin embargo ningún cambio: el servicio continuará prestándose en los viejos y lentos automotores diésel, el famoso Tren Celta, debido a una incompatibilidad eléctrica.
La electrificación hasta Valença ha supuesto un avance lleno de sombras. La primera de ellas, que han tenido que recurrir a trenes más antiguos que los automotores españoles a los que va a sustituir. Son unidades eléctricas de una serie que entró en servicio entre 1970 y 1980, algunas unidades tienen ya cincuenta años, que fueron reformadas la pasada década para prolongar su vida activa y mejorar sus prestaciones para los viajeros, pero mantienen una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora. Con respecto a los “camellos”, los automotores diésel de la serie 592 que Comboios de Portugal alquiló a Renfe y emplea en los servicios interregionales y regionales, ganan en mayor aceleración, lo que les permite mejorar algo de tiempo en servicios con muchas paradas intermedias, pero pierde en velocidad máxima, ya que los automotores españoles tienen una velocidad máxima autorizada de 140 kilómetros por hora.  La segunda, que la línea seguirá siendo controlada mediante bloqueo telefónico, ya que la implementación de los nuevos sistemas de telecomunicaciones y gestión de trenes se prolongará todavía hasta marzo 2022. Otra no menos importante, la demora en la homologación de los coches de viajeros comprados a Renfe el año pasado, que retrasará la entrada en servicio de los intercidades. En lo que afecta a las comunicaciones ferroviarias entre Vigo y Oporto y Vigo y Valença, en suspenso como consecuencia del cierre de la frontera con Portugal, no habrá ninguna mejora ni de tren ni de tiempo de viaje porque seguirán teniendo asignados los mismos automotores diésel. La electrificación de la “Linha do Minho” se realiza con corriente alterna a 25.000 voltios, que es la predominante en las líneas electrificadas en Portugal. Pero al cruzar el puente internacional la catenaria española suministra 3.000 voltios a corriente continua y Comboios no dispone de ninguna locomotora ni tren automotor eléctrico bitensión.

Los híbridos que sí pueden circular por la línea, en 2025

Habrá que esperar la llegada de los primeros automotores híbridos que Comboios de Portugal ha contratado al fabricante suizo Stadler, dentro de un paquete de 22 trenes de servicios regionales, mayoritariamente eléctricos. Pero no se prevé que las primeras unidades estén en servicio hasta los primeros meses de 2025. 
Solo Renfe dispone de trenes bitensión, tanto locomotoras como automotores, algunos de ellos autorizados a circular hasta 250 kilómetros por hora. Pero no está en los planes de la operadora ferroviaria portuguesa ampliar su contrato de alquiler con Renfe. Muy al contrario, su objetivo reducir paulatinamente el alquiler de los automotores 592 sustituyéndolos por unidades eléctricas restauradas como las de la serie 2240 que circularán a partir del 25 de abril entre Valença y Oporto.
Mientras, el Gobierno de España está dispuesto a acompasar al portugués en el proyecto de alta velocidad de Lisboa a Vigo y Coruña. Para 2030.

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