El trabajo es fruto de la colaboración entre Maurizio Battino e investigadores chinos
Un nuevo tipo de alimento probiótico con múltiples potencialidades: por un lado, una elevada capacidad para reducir la hipercolesterolemia y, por el otro, un fuerte poder antioxidante y antiinflamatorio. Así describe el investigador Maurizio Battino, uno de los últimos hallazgos del grupo de investigación de Nutrición y Ciencia Alimentaria NF1 de la Universidad de Vigo, trabajo realizado en colaboración con un prestigioso equipo de la Facultad de Ciencia e Ingeniería de Alimentos de la Ocean University of China y que acaba de ser publicado en la revista científica Food Chemical Toxicology.
Esta nueva bebida probiótica se crea a partir de los restos procedentes de la elaboración de aguardiente de arándanos, algo que no es común, ya que en la actualidad los productos de fermentación probiótica se limitan principalmente a los productos lácteos, mientras que la fermentación de verduras y frutas es aún menor. En relación a esto destacan que, además de las importantes potencialidades para la salud de las personas, este nuevo producto supone también la recuperación de deshechos de la industria, ya que los principales compuestos bioactivos que emplean no proceden de los arándanos enteros, “sino de la fermentación de los restos empleados con otros fines”, explica el investigador, a lo que añade que, en caso de que finalmente este tipo de producto llegue al mercado, sería una manera muy sostenible y económicamente muy ventajosa de darle una nueva vida y valor añadido a unos deshechos hasta la fecha minusvalorados y cuya eliminación supone uno coste adicional para la industria.
La nueva bebida mostró también un rendimiento sobresaliente en la lucha contra la fatiga. En este caso los investigadores que participaron en el proyecto realizaron diferentes experimentos de natación con carga de peso en ratones en los que se observó que la fuerza física de los animales alimentados con zumo fermentado durante un mes fue significativamente mejor que la del grupo de control.
La colaboración del grupo de Battino con este equipo de la Ocean University of China surge por su continuo intercambio con grupos de investigación de alto nivel en todo el mundo.
Esta nueva bebida probiótica se crea a partir de los restos procedentes de la elaboración de aguardiente de arándanos, algo que no es común, ya que en la actualidad los productos de fermentación probiótica se limitan principalmente a los productos lácteos, mientras que la fermentación de verduras y frutas es aún menor. En relación a esto destacan que, además de las importantes potencialidades para la salud de las personas, este nuevo producto supone también la recuperación de deshechos de la industria, ya que los principales compuestos bioactivos que emplean no proceden de los arándanos enteros, “sino de la fermentación de los restos empleados con otros fines”, explica el investigador, a lo que añade que, en caso de que finalmente este tipo de producto llegue al mercado, sería una manera muy sostenible y económicamente muy ventajosa de darle una nueva vida y valor añadido a unos deshechos hasta la fecha minusvalorados y cuya eliminación supone uno coste adicional para la industria.
La nueva bebida mostró también un rendimiento sobresaliente en la lucha contra la fatiga. En este caso los investigadores que participaron en el proyecto realizaron diferentes experimentos de natación con carga de peso en ratones en los que se observó que la fuerza física de los animales alimentados con zumo fermentado durante un mes fue significativamente mejor que la del grupo de control.
La colaboración del grupo de Battino con este equipo de la Ocean University of China surge por su continuo intercambio con grupos de investigación de alto nivel en todo el mundo.