Unión social ante la adversidad

Alumnos de Xaruma visitaron la redacción de Atlántico para conocer el periódico por dentro.
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La Asociación Xaruma trabaja con jóvenes que sufren transtornos mentales para encontrar un rayo de luz en su día a día: “Me dan una segunda oportunidad"

Una lucha constante y diaria contra los problemas internos y externos. Los alumnos de la Escuela Xaruma mostraron su perspectiva  social, un reto donde sólo importa el trabajar día a día con sus pesadillas, con la exclusión social que lamentablemente sufren y con una problemática que mucho se habla, pero poco se conoce: los trastornos mentales. “La gente cree que elegimos tener esos problemas, pero nadie lo elige. No es entendible que alguien quiera tener un cáncer, ni ninguna enfermedad, tan sólo te queda aceptar el problema y adaptarte a una vida donde unos días serán mejor y otros peor”, se sinceró una de las alumnas de Xaruma, que da gracias a la asociación por darles esa unión y el apoyo que tanto necesitan: “Nos aceptan y nos inspiran a hacer cosas. Que aunque seamos raros, esa es nuestra esencia, y podemos destacar en otros ámbitos. La gente tiene un concepto con respecto a los trastornos mentales que somos unos locos, y no es así”. 

La marginalidad a la que están sometidos por la sociedad es un punto negativo: “A todos nos cuesta mucho sociabilizar. Desde Xaruma nos ayudan a no sentirnos mal por sufrir esto, y que lo importante de la vida es tener un ocio saludable, hacer amigos, practicar deporte…Todo eso te puede ayudar para combatir los aspectos negativos de la enfermedad”, indicaba un chico. “Igual somos mejores personas que muchos que no tienen problemas”, afirmó otro. “Algunos creen que somos tontos, pero somos más listos que el hambre”, indicó otra usuaria de Xaruma.

Todos son jóvenes menores de 30 años, inmersos en el programa Sementando Saúde, encuentran en la unión un punto de lucha ante la adversidad. Laura, responsable de su programa, comenzó tras “darnos cuenta de que había esa necesidad, porque empezamos siendo una escuela de ocio. Nos dedicamos exclusivamente a tratar este tipo de problemas". Las muchas actividades que realizan van desde “retiros en la naturaleza, estimulación cognitiva, realizamos un podcast llamado “Maruxa” y hasta tenemos una huerta ecológica en la  que trabajamos”. Un trabajo que “es muy duro, pero también muy gratificante cuando las cosas salen bien”. 

Los problemas mentales “están a la orden del día. Cada vez hay más personas que necesitan cuidados y darse autocuidados”. Una línea de trabajo “totalmente imprescindible, donde no tenemos ánimo de lucro y necesitamos apoyo y voluntariado para que esto no cese”. 

La lucha contra los problemas mentales pasa por la concienciación social y por identificarlo a tiempo, antes de que sea tarde: “Si notáis que os pasa algo, o estáis raros, acudid a alguien. Que no pasa nada por tener un trastorno, porque se puede ser diferente pero se puede vivir. Es una lucha diaria, pero se puede”, indicó una de las usuarias del programa de Xaruma.

“Con la pandemia se le dio la importancia que se merece”

Laura afirmó que, a raíz de la pandemia, los trastornos mentales se le dieron mucha más visibilidad en la sociedad: “Se le dio la importancia que se merece”. El confinamiento agudizó los problemas a los más inestables, pero produjo muchísima sensación de ansiedad en practicamente toda la sociedad. “Venimos a este mundo con una mochila que tenemos que respetar todos. Hay que dar luz, y ser más inclusivos, más respetuosos, porque las personas con trastornos mentales están sufriendo una exclusión social y no hay que dar las cosas por supuesto, hay que crecer con ellos”. 

Una de las usuarias aseguró que, si ya las personas sufrieron en su estado mental con la pandemia y el confinamiento, “para nosotros fue el triple de peor. Ahí me di cuenta de los cuatro trastornos graves que tengo”. La lucha diaria cuesta más cuando consideras que todo lo que pasa por tu mente no encaja, pero existen muchos miedos “a hablarlo con la gente. Muchas veces evitamos hablar de ello, incluso ahora, porque en nuestro interior no queremos afrontar el problema”. 

El contar sus miedos a la gente “es muy frustrante, porque tu estás pidiendo ayuda, pero todo el mundo te la niega y te excluyen”. Por ello, asociaciones como Xaruma “son necesarias, porque tras la pandemia ayuda ver que hay gente como tú, y que puedo contar con ellos”.

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