La caída ha vuelto a acelerarse durante este mes y la cifra final será similar a la de 2006
El covid ha dejado el transporte marítimo tocado, aunque no hundido, con una caída estimada en lo que va de años torno al 50 por ciento. Incluso podría ser mayor si la segunda ola continúa avanzando, según las cifras y previsiones que manejan tanto la Autoridad Portuaria -que computa las líneas regulares al Morrazo y las estacionales a Cíes- como la Consellería de Infraestructuras, que sólo contabiliza los viajes entre las dos orillas de la Ría. De hecho, en octubre ha habido otra caída tras recuperarse ligeramente en verano.
La última anotación oficial señala que hasta el pasado 1 de septiembre ha habido 562.704 viajeros, de ellos unos 200.000 turistas al Parque Nacional.
El cierre durante el confinamiento y el uso alternativo de la autovía del Morrazo como medio para los movimientos entre los dos lados han provocado el bajón. La perspectiva es finalizar el ejercicio lejos del millón de usuarios, regresando así a los números de 2006, cuando el servicio estuvo muy cerca de su desaparición, coincidiendo con la caída del peaje en el puente de Rande para los recorridos entre las dos orillas. La competencia fue feroz y se decantó hacia la carretera hasta que se puso en marcha el transporte metropolitano, una tarjeta bonificada que recuperó el barco como medio para cruzar la Ría. Se financia por los ayuntamientos de Cangas y Moaña –un 20 por ciento- y la Xunta que asume el 80 por ciento de la rebaja del billete. Hay ya más de 52.000 tarjetas metropolitanas. El billete pasó de 3,92 a 2,62 con la tarjeta azul.
En la naviera Nabia, que realiza el servicio desde Vigo a Moaña, su responsable, María Jesús Otero, reconocía la caída pero destacaba ayer el lado positivo. “Se ha reducido un poco el número de viajeros porque también ha bajado el empleo, y por tanto el número de personas que viajan a diario a Vigo, pero en Moaña tenemos un cliente mu fiel”. Con todo, incluso en octubre, un mes “normal”, se ha notado y mucho el bajón. En la primera quincena de octubre de 2019 se movieron casi 9.000 viajeros entre Vigo y Moaña. En el mismo período de este año en cambio han sido 6.500, lo que supone un descenso del 23 por ciento. Desde marzo a junio prácticamente no hubo viajes, luego se recuperaron en verano y ahora han vuelto a retroceder las cifras.
Las mejores estadísticas se dieron en 2017, con una caída de cierta importancia en 2018 y 2019 con la apertura de la autovía del Morrazo.
En 2017, el servicio movió 1,5 millones de pasajeros, marcando su techo hasta el momento gracias al buen comportamiento de Cangas y Moaña, y al "boom" de los viajes de temporada a las Cíes, que alcanzaron su techo histórico, incluido el escándalo de la sobreventa de billetes a las islas.
En 2016, donde ya hubo muy buenos resultados, la cifra final se colocó por encima de 1,3 millones de viajeros, 108.000 más que en 2015, un 8% de subida y recuperar el nivel de principios de siglo. Gran parte del avance final se debió al cierre del Corredor del Morrazo por las obras de transformación en autovía, lo que obligó a que miles de personas optaran por el barco para ir Vigo. n
La última anotación oficial señala que hasta el pasado 1 de septiembre ha habido 562.704 viajeros, de ellos unos 200.000 turistas al Parque Nacional.
El cierre durante el confinamiento y el uso alternativo de la autovía del Morrazo como medio para los movimientos entre los dos lados han provocado el bajón. La perspectiva es finalizar el ejercicio lejos del millón de usuarios, regresando así a los números de 2006, cuando el servicio estuvo muy cerca de su desaparición, coincidiendo con la caída del peaje en el puente de Rande para los recorridos entre las dos orillas. La competencia fue feroz y se decantó hacia la carretera hasta que se puso en marcha el transporte metropolitano, una tarjeta bonificada que recuperó el barco como medio para cruzar la Ría. Se financia por los ayuntamientos de Cangas y Moaña –un 20 por ciento- y la Xunta que asume el 80 por ciento de la rebaja del billete. Hay ya más de 52.000 tarjetas metropolitanas. El billete pasó de 3,92 a 2,62 con la tarjeta azul.
En la naviera Nabia, que realiza el servicio desde Vigo a Moaña, su responsable, María Jesús Otero, reconocía la caída pero destacaba ayer el lado positivo. “Se ha reducido un poco el número de viajeros porque también ha bajado el empleo, y por tanto el número de personas que viajan a diario a Vigo, pero en Moaña tenemos un cliente mu fiel”. Con todo, incluso en octubre, un mes “normal”, se ha notado y mucho el bajón. En la primera quincena de octubre de 2019 se movieron casi 9.000 viajeros entre Vigo y Moaña. En el mismo período de este año en cambio han sido 6.500, lo que supone un descenso del 23 por ciento. Desde marzo a junio prácticamente no hubo viajes, luego se recuperaron en verano y ahora han vuelto a retroceder las cifras.
Las mejores estadísticas se dieron en 2017, con una caída de cierta importancia en 2018 y 2019 con la apertura de la autovía del Morrazo.
En 2017, el servicio movió 1,5 millones de pasajeros, marcando su techo hasta el momento gracias al buen comportamiento de Cangas y Moaña, y al "boom" de los viajes de temporada a las Cíes, que alcanzaron su techo histórico, incluido el escándalo de la sobreventa de billetes a las islas.
En 2016, donde ya hubo muy buenos resultados, la cifra final se colocó por encima de 1,3 millones de viajeros, 108.000 más que en 2015, un 8% de subida y recuperar el nivel de principios de siglo. Gran parte del avance final se debió al cierre del Corredor del Morrazo por las obras de transformación en autovía, lo que obligó a que miles de personas optaran por el barco para ir Vigo. n
