la trama descubierta habría desviado para consumo humano parte de lotes que iban al zoo vigués
n n n La trama de la carne ilegal de caballo desmantelada en España por la Guardia Civil en abril de 2017 vendió para consumo humano parte de la carne que salía del matadero municipal de Toreno (León) para alimentar a los felinos del parque zoológico de Vigo, según publica el diario “El País”, citando fuentes de las pesquisas que instruye la juez María Tardón en la Audiencia Nacional. El sumario sobre la denominada operación Gazel acredita el descontrol sanitario existente en carne de caballo no apta para el consumo que salía del matadero de Toreno hacia Vigozoo, entre otros destinos. Parte de esa carne ni siquiera llegaba al zoo, se vendía para alimento humano una vez troceada. Fuentes del Concello señalaron ayer a este diario que en 2017 llegó al menos un cargamento con carne para los animales del zoo donde el albarán no coincidía en los kilos de carne. Los responsables del zoo pidieron explicaciones por el desajuste y no pagaron la mercancía. A continuación, se rompió el contrato con la empresa suministradora.
Precisamente, "El País" publica que todo se habría iniciado cuando un veterinario de Vigozoo se dio cuenta de que la cantidad de carne que compraban para los felinos no se correspondía con la que llegaba, lo que permitía a la red blanquear la carne de caballo no apta y venderla al público a un precio muy superior donde es muy apreciada. Explica que cada animal debe tener documentación con características y evolución sanitaria que debe ser analizada por un veterinario antes y después del sacrificio del animal. En una de las remesas transportadas al zoo de Vigo, el veterinario echó en falta 400 kilos de carne y ocho patas de caballo. Pidió explicaciones al matadero, el de Toreno, pero no obtuvo respuesta.
Precisamente, "El País" publica que todo se habría iniciado cuando un veterinario de Vigozoo se dio cuenta de que la cantidad de carne que compraban para los felinos no se correspondía con la que llegaba, lo que permitía a la red blanquear la carne de caballo no apta y venderla al público a un precio muy superior donde es muy apreciada. Explica que cada animal debe tener documentación con características y evolución sanitaria que debe ser analizada por un veterinario antes y después del sacrificio del animal. En una de las remesas transportadas al zoo de Vigo, el veterinario echó en falta 400 kilos de carne y ocho patas de caballo. Pidió explicaciones al matadero, el de Toreno, pero no obtuvo respuesta.
