La Dirección General de Tráfico ha reactivado todos sus dispositivos de vigilancia este verano en las carreteras con una artillería prepandemia. La segunda operación especial, que comenzó el viernes y finalizó en la madrugada de ayer, preveía más de 475.000 desplazamientos en Galicia, con especial incidencia en seis vías, cuatro de ellas en el área de Vigo, (AP-9, A-52, A-55 y N-550). Solo esas cuatro carreteras en la comarca aglutinan 13 de los 26 radares fijos y móviles activos este verano. Según la lista de detectores de velocidad actualizada el pasado 26 de julio, las vías de la provincia siguen estando entre las más vigiladas de toda la red nacional al mantenerse operativos el medio centenar de radares instalados en 2019, más de la mitad en los municipios del área.
Tras la caída el pasado verano del 15% de los desplazamientos debido a la pandemia, las carreteras han iniciado su recuperación con un repunte en el mes de julio y ahora en agosto debido a la reactivación del propio turismo nacional.
Controlar el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y drogas y las distracciones al volante han llevado a reforzar la vigilancia también por aire con el helicóptero y los dos drones con base en A Coruña, que ya estuvieron el pasado 23 de julio sobrevolando la autovía A-55, la A-52 y la N-550.
A los radares, controles de patrullas y la vigilancia aérea se añaden las cuarenta cámaras de tráfico repartidas entre la autovía Vigo-Porriño, la AP-9 en Vigo, la N-551 y la VG-20, así como las seis instaladas para comprobar el uso del cinturón de seguridad y el móvil y que se encuentran situadas en la A-55, en la N-552 (Redondela-Rande), la N-556 (hacia Peinador) y la VG-20.
El incremento de accidentalidad en las carreteras convencionales llevó a la DGT antes de la pandemia a extender sus dispositivos y controles de la Guardia Civil en las carreteras secundarias.
Las autovías, la AP-9 y 10 carreteras, las más vigiladas
El número de radares que controlan este verano el exceso de velocidad en las carreteras del entorno de Vigo se mantiene intacto en esta zona sur de la provincia respecto a 2019, cuando se incrementaron en un 11%, por la colocación de dispositivos móviles. En este sentido, de los 26 radares operativos, 13 son móviles y se extienden a lo largo de otras tantas carreteras, dos de ellas autovías (la A-55 y la A-52), una autopista (la AP-9) y diez convencionales. Se trata de los tramos más vigilados de la provincia. Entre las carreteras secundarias se encuentran la N-550, (con dos radares en Os Valos y Redondela), la N-120 (con uno móvil en A Cañiza y otro fijo en Ponteareas), la N-552 (con uno móvil entre Redondela-Rande), la PO-331 (uno móvil hacia Gondomar), la PO 313 (con uno móvil en San Andrés de Comesaña), la PO-340 (uno móvil entre Tui y Gondomar), la PO-400 ( uno móvil entre Salvaterra y Crecente), la PO-510 (uno móvil Porriño-Salvaterra), la PO-551 (uno móvil entre Marín-Cangas-Domaio) y la PO-552 (uno móvil en la carretera de Camposancos y otro fijo en OIa).