MARÍA GONZÁLEZ Psicóloga, responsable programa menores agresores de la Universidad Complutense

“Hay una tendencia errónea a minimizar ciertos comportamientos”

María González.
photo_camera María González.

  ¿Cuando se habla de menores violentos hay siempre una psicopatología?
Una cosa es el ámbito judicial, es la punta del iceberg y otro el educativo y social. Cuando unos padres denuncian es porque es una situación muy grave y es donde pueden darse esas patolologías pero hay situaciones previas no tan extremas que pueden reconducirse si trabajamos con ellas. Por poner un ejemplo, a los primeros se les daría cuidados paliativos, a los segundos se les puede llegar a curar. 

Muchas veces los padres tienden a culpabilizarse de esas situaciones  pero ¿qué factores hay de riesgo para esos comportamientos?
En primer lugar en este tipo de violencia no hay culpables.  No hay que pensar que la culpa es toda de los padres o toda de los hijos. Muchas veces no tiene nada que ver con lo que hacemos. Sí que puede haber ciertas señales a tener en cuenta. Cuando un niño de pequeño es difícil, muy llorón, rebelde, que se dedica a fastidiar, puede haber cierto riesgo.  No hay que minimizar algunos comportamientos, y parar cuanto antes, un insulto, un grito. Que el niño interiorice que así no. Si lo dejamos pasar, entonces  estamos favoreciendo, sin saberlo, la escala de violencia. De ahí, es fácil pasar a la agresión física. Los padres tienden entonces a ponerse a la misma altura, a gritar hasta que llega un momento en el que se retiran por miedo. El niño siempre es más fuerte, tiene más poder.
Tampoco sirve en un momento de discusión intentar razonar con los hijos, porque no es el momento y no harán caso.

¿A parte del ámbito familiar qué otras cosas pueden influir negativamente en la escalada violenta de un menor?
El principal, es el consumo de sustancias, por ejemplo el cannabis y también el hecho de que el adolescente se junte con un grupo de iguales, por ejemplo.  

Una de las cosas que se dice con frecuencia es que se han perdido los valores ¿es cierto? 
Yo creo que sí. Hoy en día hay una normalización  y  minimización de la violencia, no hay más que ver la televisión, hasta en un debate se producen situaciones de agresiones verbales, gritos y se interiorizan como normales. Hemos dejado de ejercer aquello de “cuando seas mayor comerás huevos” y creo que el niño debería saber que es así. Hay que poner ciertos límites y sobre todo y muy importante, que los hijos sepan que existe una asimetría con los padres. Los padres siempre estarán por encima, no al mismo nivel, no se puede confundir el afecto, que es necesario y que nos protege, con la falta de límites. Cuanto antes lo pongamos claro, mejor.
 
¿Qué opinión le merecen programas como Hermano Mayor?
Tiene una parte muy positiva que es la visualización del problema, pero por otra hay un déficit terapéutico importante. No hay milagros. Ojalá en unas horas o en unos días se pudiera resolver este tipo de situaciones, pero no es así.

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