El teletrabajo se mantiene de manera parcial en las empresas y aún más en las administraciones públicas, que ofrecen esta modalidad laboral alrededor de un 20% de sus trabajadores tras la crisis del coronavirus, que obligó a adoptar este sistema de manera imprevista.
La editorial Galaxia es una de las empresas que mantiene una parte de su plantilla teletrabajando. Tras la reincorporación, un 35% del personal sigue realizando su actividad laboral desde el hogar, especialmente en los departamentos de maquetación, diseño y comunicación, donde la presencialidad no resulta necesaria.
"Ha supuesto todo un salto para las empresas, pero bueno, nos adaptamos bastante bien", indica Castro, quien tiene claro algunas de las limitaciones del teletrabajo. "Es un sistema que ralentiza los tiempos de todo, tareas que presencialmente podrían llevar poco tiempo, como modificar una maqueta, pueden costar mucho más de manera telemática, pero al final termina funcionando", indica.
La Editorial Galaxia prevé mantener a un tercio de su plantilla desarrollando su actividad a distancia hasta el final del verano "y más adelante contamos con mantener el teletrabajo en partes de nuestra estructura en algunos casos, como en los que pueda facilitar la conciliación", afirma Castro.
En otro tipo de empresas como las gestorías, el teletrabajo también ha llegado para quedarse. Ana Rodríguez, de la Gestoría P. Calvario asegura que el 20% del personal sigue teletrabajando, en concreto aquellas personas a las que les supone una facilidad de cara a la conciliación familiar. Si bien la mayor parte de los trabajadores ya se reincorporaron de manera presencial, el trabajo a distancia antes del confinamiento no era una opción en esta gestoría.
Muchos trabajadores de la Universidad de Vigo también cambiaron las aulas y sus despachos por el salón de su hogar durante los últimos meses. Miguel Fernández es un ingeniero informático de la UVigo que se encargó gestionar la digitalización que permitió la transición de sus compañeros a esta modalidad laboral durante el confinamiento.
"Nuestro trabajo durante el confinamiento fue poner a la universidad a teletrabajar", asegura. Además Fernández también se vio obligado a realizar su propia actividad de manera telemática los últimos meses.
Fernández reconoce que el teletrabajo tiene ventajas como "la capacidad de organizar el tiempo con más libertad", pero también problemas como el aumento de horas de trabajo o la dificultad de cara a atender a los hijos mientras se desarrolla la acividad laboral. "Los niños podían acercarse a preguntar cualquier cosa en medio de una videoconferencia, aunque la gente es comprensiva con estas cosas", indica. Considera que "nos hemos adaptado bien" al teletrabajo y que se trata de una fórmula con mucho futuro siempre y cuando se regule. "Nosotros hemos tenido que hacer frente a un gasto mayor en la factura de electricidad al tener que mantener los equipos informáticos funcionando hasta ocho horas diarias en cas", afirma.
La Agencia Europea de Control de la Pesca, con sede en Vigo, ya tenía implantada esta modalidad laboral antes del inicio de la pandemia por lo que solo tuvieron que acelerar un proceso de digitalización que ya existía. Ahora mantienen una modalidad intermedia, que se mantendrá a lo largo de todo el verano, donde hasta un 70% de los trabajadores se mantienen realizando su actividad de forma telemática. A través de este sistema mixto, desde la Agencia Europea buscan que solo esté presente en las oficinas aquel personal esencial.
En la Administración una parte de los trabajadores también se mantienen teletrabajando en la nueva normalidad. En el caso de la Delegación de la Xunta en Vigo un total de 111 trabajadores siguen desarrollando su actividad laboral de manera telemática a causa de la crisis del coronavirus, alrededor de un 20% del total. Además, la Xunta dispone de una regulación del teletrabajo desde el año 2013, a través de la cual en Vigo otros 26 funcionarios trabajan desde su hogar. La Autoridad Portuaria en cambio ha recuperado la normalidad.
PSA Vigo también mantiene en aquellos puestos en los que es posible, siguiendo la línea del grupo automovilístico para contribuir a la eficacia medioambiental. Desde la compañía automovilística denominan a estos nuevos principios para los modos de trabajo como la "nueva era para la agilidad".
