El Grupo de Intervención Psicológica en Castástrofes y Emergencias (Gipce) lleva ya 25 años atendiendo a las víctimas de todo tipo de situaciones críticas, como accidentes de tráfico, casos de violencia de género, de acoso escolar y cada vez de forma más frecuente, el suicidio.
Esta unidad cuenta con 37 psicólogos en Galicia, 11 de ellos en Vigo y su área, donde realizaron 11 intervenciones durante los últimos dos años, relacionadas con accidentes de tráfico, laborales, naufragios, pero sobre todo suicidios, de los que atendieron cinco casos, la mitad de sus actuaciones, una situación que consideran muy preocupante desde el grupo.
Una de sus últimas actuaciones en Vigo, fue para dar apoyo a la familia de un niño de 11 años que falleció tras precipitarse trágicamente al vacío desde un sexto piso en Castrelos de forma accidental. La unidad de psicólogos de catástrofes trabaja principalmente con los familiares de las víctimas de los sucesos, pero en ocasiones también lo hacen con los propios equipos de emergencias en la situación, proporcionando asesoramiento a la dirección.
Durante el último año, este grupo de psicólogos también tuvo activo un servicio especial para atender a la gente de forma telefónica durante el confinamiento, ante la angustia y la soledad que causó esta experiencia completamente nueva tras la llegada del covid.
Perteneciente al Colegio Oficial de Psicoloxía de Galicia, fue uno de los primeros grupos de este tipo en ponerse en marcha en España, en el año 1996. Esta unidad se activa desde el 112 en situaciones complejas, en las que es habitual que haya fallecidos, y cuenta con y otro grupo de unos 50 psicólogos formándose para su incorporación.
6 actuaciones en Vigo durante el año del covid
Durante el último año, el Grupo de Intervención Psicológica en Castástrofes y Emergencias llevó a cabo un total de 24 actuaciones en toda Galicia, 9 de ellas tuvieron lugar en la provincia, y 6 en el área de Vigo. Esta unidad se especializa en atender todo tipo de incidencias y situaciones para poder prestar la mejor atención a las víctimas de cualquier emergencia, accidente o catástrofe de la forma más inmediata posible y en el propio terreno desde el primer momento. Dos de las intervenciones realizadas por este grupo de psicólogos en la ciudad y sus alrededores estuvieron relacionadas con casos de suicidio, una problemática que cada vez con más frecuencia requieren de la presencia de este grupo de psicólogos. Las otras cuatro incidencias que atendieron desde la unidad consistieron en un caso de violencia de género, un naufragio, y también dos accidentes, uno de ellos de tráfico y otro laboral.
Ana Núñez Rubines
Coordinadora del Gipce
"Es un problema de salud mental, habría que tomar medidas"
¿Cómo se diferencia este tipo de atención de emergencia del trabajo habitual de los psicólogos?
El trabajo que realizamos no tiene nada que ver. En muchas situaciones es una intervención única, en las primeras 48 horas, normalmente son una o dos sesiones. Salimos de nuestro entorno y realizamos atenciones en un tanatorio o en casas de los familiares de las víctimas. Además, trabajamos con emociones mucho más fuertes y más duras. Intervenimos justo en el momento en el que la rabia o los llantos pueden estar en su nivel máximo y la gente puede estar al borde de perder el control.
¿De que forma ayudan a las personas afectadas?
En casos de emergencia es algo muy necesario, sentamos las bases para que el proceso posterior sea adecuado. Es muy difícil llevar fallecimientos, sobre todo de gente joven, más cuando es algo repentino. Nosotros ponemos las primeras piedras para que el duelo siga un ritmo normal y no se quede enquistado o derive en algo más patológico.
¿Cómo se debería abordar el aumento de los suicidios?
A mi me parece que se trata de algo muy preocupante, es un problema de salud mental ante el que va a haber que plantearse muy en serio tomar medidas de cara a la prevención.
¿Aún hay personas reacias a recurrir a este tipo de atención?
Mucha gente todavía piensa que el psicólogo es para los locos, sin embargo lo puede necesitar cualquiera a lo largo de su vida y puede ser una ayuda muy importante para superar todo tipo de bache.
¿Cómo afectó la pandemia a vuestro trabajo?
Durante el confinamiento, al no tener muchos medios, hicimos intervenciones a distancia, pero en cuanto tuvimos EPI retomamos las presenciales. Atender por teléfono es diferente, se pierde mucha información. De forma presencial vemos toda la comunicación no verbal, que nos indica muchas cosas sobre esa persona, pero por teléfono solo tenemos la voz, la forma en que la modula y si habla rápido o no.
