Los datos que se van ahora entregando mes a mes confirman que la crisis demográfica no solo no remite sino que se acentúa con el paso del tiempo. En este caso, ha sido el Instituto Nacional de Estadística (INE) el que acaba de editar nuevas cifras, correspondientes al primer trimestre del año en curso, de donde se desprende lo profundo del problema. En concreto, las áreas sanitarias de Vigo y Pontevedra retroceden cuanto a nacimiento un 6,5 por ciento sobre el año pasado, que ya fue el peor de la serie histórica, y casi un 22 por ciento sobre 2019, el año anterior a la pandemia, que por muchos motivos sirve como medida de los cambios producidos y de la recuperación. Que en este caso concreto no se da, al contrario que en otros aspectos. No hay ninguna provincia de todo el norte de España donde las cosas estén tan mal, salvo Burgos y Palencia que retroceden en torno al 25 por ciento sobre 2019 y hasta el 30 por ciento sobre el ejercicio 2022. Prueba de la catástrofe en el campo de la natalidad es que con respecto al pasado año, las dos provincias del interior de Galicia están en positivo, con Ourense en un 5,3 y Lugo el 7,9 por ciento. A Coruña, que agrupa las áreas de la capital, Ferrol y Santiago, también cae, pero mucho menos, un 5,7 sobre 2022 y el 12 por ciento en relación con 2019.
En el primer trimestre del año, siempre según los datos que registra el INE, han nacido 1.173 niños en las dos áreas sanitarias, lo que supone 82 menos que en 2022 y 329 sobre 2019. No es un gran descenso en cifras absolutas, pero supone mantener una caída sobre estadísticas históricas en negativo, sin que se perciba el final de una tendencia más que consolidada.
El INE también señala en su estudio mensual el número de fallecimientos por semanas: hasta abril suman 3.447 en el total provincial, más que el pasado año a estas alturas, lo que acentúa el saldo vegetativo negativo. Solo la llegada de inmigración, nacional y extranjera, masiva durante el pasado ejercicio, permite equilibrar las cifras de población.
Los extranjeros, vía para salvar el saldo local
Vigo tiene a 1 de enero de 2022 una población de 292.374 habitantes, retrocediendo sobre los años anteriores. El covid ha hecho estragos en las ciudades, y todas pierden población salvo Santiago. Como ya adelantó este diario, Vigo cae en algo más de medio millar de residentes desde el anterior padrón, que le daba 293.837. Con respecto a 1 de enero de 2020 el descenso es ya de 3.000 personas por el éxodo hacia municipios del entorno y otros rurales -que crecen- y por el saldo vegetativo, cada año más negativo en la diferencia entre nacidos -no deja de baja su número- y fallecidos, que aumentan como la media de edad. A favor, y lo único que impide que las cifras se hundan, la llegada masiva de la inmigración internacional, en su momento histórico más alto, en especial por Venezuela, Colombia y últimamente Ucrania. Las perspectivas para el censo de 1 de enero de 2023 son algo mejores al continuar engordando el padrón de extranjeros. De hecho, el Concello anotó más de 299.000 en sus cuentas provisionales de septiembre. Pero dicha cifra siempre es reducida por el INE.
