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La siniestralidad cae en picado tras la apertura de la Autovía del Morrazo

Tráfico ayer por la Autovía del Morrazo, que une Vigo y Cangas en apenas 20 minutos.
photo_camera Tráfico ayer por la Autovía del Morrazo, que une Vigo y Cangas en apenas 20 minutos.
El nuevo vial reduce drásticamente la siniestralidad frente al Corredor, una de las carreteras más peligrosas de Galicia, que se cobró 11 muertos y 86 heridos graves 

La apertura hace cinco meses de la autovía del Morrazo en su último tramo, completando el trazado desde Rande, se ha traducido en una ágil comunicación desde Vigo a Cangas -20 minutos de viaje- en un ligero incremento de la circulación y una caída apreciable de usuarios del transporte marítimo de Ría (hasta el 11 por ciento menos). Pero también, como se esperaba, en un descenso en picado de la siniestralidad en una carretera que era considerada, con razón, muy peligrosa. 

El antiguo Corredor del Morrazo -primero denominado vía rápida- sumó en sus algo más de 12 años de “existencia” un total de once fallecidos y de 86 heridos de gravedad, un balance terrible que contrasta vivamente con la situación actual, mucho mejor. La media del Corredor ha sido de casi un muerto por accidente de tráfico al año y seis heridos graves. Nada que ver con lo que ya se puede comenzar a contabilidad. Este año no se han contabilizados accidentes con víctimas y el pasado, todavía con la autovía reducida a los dos primeros tramos, entre Rande y Meira, hubo dos. Es decir, que la siniestralidad ha pasado de una media de seis accidentes graves al año a sólo uno y sin víctimas mortales, según las cifras que maneja la Consellería de Infraestructuras, que ha construido y gestiona el vial. 
Las carreteras de doble sentido son, con diferencia, las más peligrosas y donde se producen más accidentes y de peores consecuencias. Es lo que pasó en el antiguo Corredor. Destaca por años 2010, año en que se registraron 10 accidentes con otras tantas víctimas y otros siete fallecidos. Los siguientes ejercicios continuaron las colisiones y las víctimas, pese a que la Xunta, titular del Corredor, instaló una serie de medidas para reducir la peligrosidad, incluyendo radares de velocidad y una mediana para separar los carriles. Con todo, la solución era el desdoblamiento, ya previsto, que se demoró por problemas presupuestarios, lo que obligó a su desarrollo por fases. La última, este pasado junio, dos días antes del inicio del verano.

En cuanto al impacto sobre el tráfico marítimo el servicio entre Vigo y Cangas y Moaña ha caído en un 11 por ciento en lo que va de año, aunque paradójicamente en el global del año va ligeramente en positivo al añadir los viajes a Cíes, que gestiona la Autoridad Portuaria.  Como ya informó este diario, dicha caída supone romper una tendencia alcista que se había consolidado desde que en 2015 tocó fondo con 685.078 viajeros. A partir de entonces, ya con el billete metropolitano combinado que abarata el precio del viaje, ha ido creciendo de forma espectacular al principio (en 2016 superó de nuevo el millón) y de forma continua en los siguientes ejercicios. En 2017 fueron 1.219.608 viajes y en 2018 1.226.943. En 2019 se superará el millón pero la caída está garantizada en unos 130.000 pasajeros o incluso más. Por servicios, el de Moaña nota más que Cangas la competencia de la autovía, que enlaza directamente con la autopista y sin peaje aparente: es posible viajar desde Cangas a Vigo en poco más de 20 minutos y en apenas 15/20 a Moaña. En cuanto a la línea de Cangas, acumularía un descenso menos importante, en torno al nueve por ciento. “La explicación está en la apertura de la autovía del Morrazo”, señalan en la Consellería de Infraestructuras. Baja el barco y sube el coche: el uso de la autovía del Morrazo crece. El pasado mes de  agosto ya tuvo picos de casi 30.000 coches al día y sigue hacia arriba. 

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