Un mes más tarde, en sedes inéditas y condicionada por múltiples medidas higiénico-sanitarias. Así comenzó ayer la primera de las tres jornadas de la ABAU (Selectividad) en Vigo en la que, pese a todo, se respiró –a través de las mascarillas– cierta normalidad. Nueva normalidad. Y es que los pupitres de pabellones, aulas e incluso comedores estaban dispuestos de manera que los alumnos tuvieran al menos el metro y medio de separación reglamentario. La Covid-19 quedó relegada a un lado como la mayor preocupación durante la celebración de estos exámenes, que determinarán a qué grados podrán optar los jóvenes definiendo así su futuro académico y laboral.
Los estudiantes fueron citados a las 9,00 para la habitual presentación y explicación de los protocolos especiales a seguir. Nervios, incertidumbre y ganas de terminar de una vez con el trámite se apoderan de los alumnos en los momentos previos al primer examen, que este año es el de Historia de España. Para muchos, todo eso se convierte en alivio con el papel delante. Uno menos.
Durante el descanso, mientras unos aprovechan para relajarse y otros para repasar para el siguiente examen, el ambiente es de perfecta normalidad. Tanto que incluso se producen algunas –inevitables– aglomeraciones en las zonas comunes. "En cuanto salimos nadie respeta las distancias", comenta una alumna. Pese a todo, una gran parte de los estudiantes conserva la mascarilla.
La de este año es una Selectividad de récord. Las medidas del Ministerio de Educación para paliar los efectos negativos de la falta de clases presenciales aumentaron el número de promociones. Así, las matriculaciones para esta ABAU se dispararon en un 26,7% con respecto al pasado, llegando a las 14.555. De todos ellos, un total de 1.977 lo hicieron en la ciudad de Vigo, repartidos en cinco sedes: Facultad de Filología y Traducción (418), Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (308), el Pabellón Universitario (262), la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Torrecedeira (434) y el Pabellón de As Travesas (555). Hoy tendrán que volver para la segunda parte de la fase común, que este año se dividió en dos para evitar aglomeraciones.
Aglomeraciones en las entradas
La CIUG –organismo regulador de las universidades gallegas– diseñó un estricto protocolo para asegurar que la realización de los distintos exámenes no pusiera en riesgo la salud de los estudiantes. Entre las medidas tomadas ayer en las 46 sedes gallegas están la obligatoriedad de mascarillas para entrar en el aula, mesas etiquetadas para que cada alumno utilice siempre la misma, desinfección y ventilación de las aulas entre exámenes, bolígrafos de repuesto a disposición de los estudiantes para evitar el contacto entre ellos o la prohibición de dejar las mochilas todas juntas como es habitual.
Sin embargo, una vez salen de las aulas o mientras esperan para entrar, se podían observar ciertas aglomeraciones. En especial en zonas como el Pabellón de As Travesas, donde los alumnos sólo disponían de la entrada para relajarse mientras esperaban para hacer la siguiente prueba.
Además, los propios nervios y la montaña rusa de emociones que supone la Selectividad para gran parte de los estudiantes hizo también que fuese inevitable ver algún que otro abrazo entre amigos cada vez que se reencontraban después de terminar cada examen.
HUI LI, ANIA, ANDREA, LARA Y ELKA
"EL PEOR DÍA VA A SER MAÑANA, QUE TOCA MATEMÁTICAS Y QUÍMICA"
MARTÍN, ANTÓN, PABLO, ALBERTO, NACHO Y DANI
"NOS CAYÓ LO QUE QUERÍAMOS, DESPUÉS DEL PRIMER EXAMEN ESTAMOS MENOS NERVIOSOS"
AITOR, ALBA, JAVIER, ALEJANDRO Y MARIO
"HACER EL EXAMEN SIN MASCARILLA FUE UN ALIVIO"
CARLA, VALERIA, CARLOTA, JORGE Y ÁLVARO
"EN CUANTO EMPIEZAS, TE OLVIDAS DE QUE ES SELECTIVIDAD"
AITANA, UXÍA,RUBÉN Y MARCOS
"HACER EL EXAMEN CON MASCARILLA HABRÍA SIDO UN AGOBIO"
