Una de las misiones de los caballeros templarios era la vigilancia del Camino de Santiago y la protección de los peregrinos, tal y como explica Venancio R. Riobo en la “Guía templaria de Vigo” (Sator, 2021): “Las torres solían tener las funciones de cárceles y almacenes de armas, pero también funcionaban como cajas fuertes, tenían que disponer de efectivo suficiente para cubrir las transacciones económicas como las letras de cambio que los peregrinos usaban en la red bancaria internacional del Temple”.
En Vigo, al menos hay referencia de una, Lavandeira, que se levantaba donde ahora se encuentra el pazo de Castrelos. Así pues, este es un paso obligado para los tramos vigueses del Camino siguiendo las huellas de los monjes guerreros.
Riobo recoge en su guía hasta cinco tramos diferentes que recorren el termino municipal que se pueden resumir en dos: el de la costa y el interior.
El primero tiene salida en San Martiño de Coia, donde el autor sitúa la bailía, sede principal de los templarios en el siglo XIII, con dos grabados pétreos de la época: en los viales a ambos lados de la iglesia: Camiño da Cordoeira y en Camiño da Raposa. Tomando por la rúa Lalín y la Seara se llega al segundo punto, el Olivo de Paseo de Alfonso. Riobo defiende que el ejemplar original fue plantado por los templarios en la Basílica Concatedral, tercera parada de la ruta. En sus inmediaciones se encuentra al Casa Ceta-Pazos Figueroa, la edificación civil más antigua que se conserva en Vigo, del siglo XV. Fue construida con las piedras del Castelo do Penso, levantado posiblemente sobre una fortificación del Temple.
Por el Casco Vello, García Barbón y Sanjurjo Badía se continúa hasta Teis. Al final de la Avenida de Galicia, se encuentra el lugar que ocuparía la Torre Padín y a la izquierda la iglesia de San Salvador del Teis. El anterior templo fue destruido por el pirata Drake, de la que conserva una cabeza de bóvido detrás del altar mayor y marcas de canteros entre las que hay un cruz paté, símbolo templario. Uno de los señores feudales de Teis, Pedro Fernández de Castro fue uno de los mayores receptores de los bienes templarios, cuando estos cayeron en desgracia.
Esta ruta se puede ampliar saliendo de Coia hacia Castrelos, pasando antes por el puente medieval sobre cauce seco, desde donde tomando por el parque de Castrelos se llega primero al pazo de Quiñones de León, donde estaba Torre Lavandeira, y después a la iglesia románica de Santa María de Castrelos, que con los símbolos grabados, estructura arquitectónica geométrica e iconografía escultórica es la que mayor relación guarda con los templarios.
Continúa el trazado por el segundo puente medieval conservado en Vigo, el de Sárdoma. Desde ahí el Camiño dos Carreiros conducirá a Miraflores y a la iglesia de San Pedro de Sárdoma. De la anterior edificación, del siglo XII, ya desaparecida, se conservan un grabado de una cruz sobre un triángulo, el símbolo de Tierra Santa; así como otros vestigios como la cruz de Sión en el cruceiro o la flor de lis en la pila bautismal, símbolo de la sangre real merovingia.
Las dos siguientes paradas son en dos iglesias, la de Santiago de Bembrive, románica en la que destacan las esculturas de los músicos constructores, además de símbolos relacionados con el Temple, y la de Santa Cristina de Lavadores. De la anterior iglesia, fechada en 1201, se conservan elementos ornamentales que se relacionan con Bembrive y que podrían indicar la influencia templaria (en el dintel y en los canecillos).
De ahí se pasaría al centro de la ciudad, para visitar O Castro, posible ubicación de la Torre do Penso, y enlazar con la ruta anterior en el Olivo del Paseo de Alfonso.
La segunda propuesta, la interior, pasa por las mismas paradas, aunque con salida desde Bembrive. Conecta con Lavadores para recorrer en sentido inverso la ruta, por Sárdoma, Castrelos y Coia, enganchando en San Martiño con el itinerario hacia el Olivo, O Castro, Casco Vello y de nuevo Teis.
