Del verano al invierno en dos días

Tras San Miguel, el invierno con “Alex”

El "veranillo" de San Miguel, con algunos que se animaron ayer a pasar por la playa, quizá en el último día del año.
photo_camera El "veranillo" de San Miguel, con algunos que se animaron ayer a pasar por la playa, quizá en el último día del año.
Vigo marcó apenas 22 grados ayer, y 27 en el área metropolitana, pero el último coletazo del verano ha sido efímero ante la llegada de una ciclogénesis explosiva, la primera que anuncia el invierno en el otoño estrenado

Una borrasca muy potente, que quizá se convierta en ciclogénesis explosiva y en ese caso -sólo en ese- tendría nombre asignado y se llamaría “Alex”, llegará en la noche del jueves y provocará el viernes una caída en picado de las temperaturas, fuertes vientos y lluvias intensas, en un preludio del invierno apenas tres días después del último resto del verano, en la festividad de ayer de San Miguel y su famoso “veranillo”, esta vez muy reducido en sus efectos, con una máxima que apenas rozó los 23 en Vigo, alcanzando 26 en puntos del área metropolitana (Meder y Salceda de Caselas), y casi 30 en el control del municipio de Arnoia, en Ourense. 
Según explicaron desde Meteogalicia, aunque la baja presión se forma a la altura de Bretaña, sus efectos alcanzarán de lleno la costa atlántica peninsular y lo harán con fuerza. En concreto, en la noche del jueves al viernes se sentirían sus efectos con una caída en picado de las temperaturas -mínimas en torno a 11 grados o menos- y con inestabilidad. 
Los vientos más fuertes soplarían por el Norte de Galicia, pero incluso en la boca de las Rías Baixas podrían producirse rachas de 100 kilómetros por hora. Más duro sería el estado de la mar, donde se prevén vientos y olas de más de 5 metros de altura que activarán la alerta naranja, sólo superior a la roja, que limita al máximo la navegación. 
Todo ello, señalan a este diario desde la agencia gallega meteorológica, se dará con seguridad, pero la borrasca o ciclogénesis “Alex” -la diferencia estriba, entre otras circunstancias, en la rapidez con que se produzca el desplome la presión, en menos de 24 horas- no sería más que un avance del invierno, porque la siguiente semana las temperaturas y previsión general serían menos duras, con el típico parte del otoño, de lluvias débiles y mañanas frías. 
Nada que se pueda considerar especial, salvo el súbito cambio que se producirá desde este plácido martes con el “veranillo” al tormentoso viernes de “invierno” adelantado. 

Eiras al 71% y Zamáns sólo al 54 por ciento al inicio del otoño

n n n Las lluvias se esperan intensas y vendrán bien para comenzar a recuperar el nivel normal de los embalses, que en la última semana han perdido entre un 1 y un 2 por ciento de su capacidad justo cuando acaba de comenzar el otoño, que los meteorólogos han anunciado como más seco de lo normal. 
En concreto Eiras, el mayor de Galicia, ha bajado hasta el 71 por ciento, en tanto que Zamáns, diez veces más pequeño, bajaba al 54. El de Baiona está peor aún, al 47 por ciento. Son cifras similares a las registradas en 2017, cuando la gran sequía, que estuvo a punto de provocar cortes severos en el suministro a Vigo y su área metropolitana. 
De momento, hay agua asegurada al menos hasta diciembre aunque con sólo cuatro días de precipitaciones sería suficiente para volver al nivel normal para estas fechas del año. En 2017 incluso se planteó un trasvase de urgencia desde el Verdugo, que fue descartado por la presión del Concello de Pontecaldelas, que presentó una demanda, y por un acuerdo alcanzado entre Gobierno, Xunta y Concello de Vigo para buscar una alternativa permanente. 
El estudio del Ministerio, que planteará o una conexión desde el río Miño o ampliar la capacidad de la presa de Eiras como las mejores opciones, está todavía pendiente de publicar con sus conclusiones definitivas para encargar la obra y ejecutarla. n

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