“Hubo todo tipo de proyectos, algunos singularmente extravagantes y este es el que va adelante, ya es verdad. Ahora no son proyectos, son acciones positivas y activas que en el mes de septiembre concluyen su andadura”.
Así hacía ayer Abel Caballero referencia a los numerosos proyectos presentados a lo largo de los últimos años para salvar las pendientes que caracterizan a la ciudad. Ya a mediados del siglo pasado era, junto con el puente de Rande, una de las grandes metas para la ciudad y, de hecho, en 1949 el Centro de Iniciativas y Turismo – el Provigo de la época– presentó una propuesta de funicular para unir As Travesas con el Castro.
Así, la accesibilidad es una de las grandes demandas de la ciudadanía y, por ello, también numerosos gobiernos de todos los colores han presentado diferentes propuestas para intentar salvar el desnivel entre la parte baja y la parte alta del centro de la ciudad. Entre ellos, al margen de las escaleras ahora instaladas, tan sólo se puso en marcha el microbús eléctrico que enlazaba el Berbés con el Concello. El servicio tan solo estuvo en vigor durante un año y de forma no consecutiva y la iniciativa, que costó más de medio millón de euros, se eliminó.
Lo puso en marcha el BNG durante su coalición del pasado mandato con Abel Caballero y también fue Santi Domínguez, como teniente de alcalde, quien presentó en 2008, junto a la entonces conselleira Teresa Táboas, un funicular que uniría la ribera con la Praza do Rei. El proyecto fue encargado a una empresa catalana y presentado oficialmente para entrar en funcionamiento en 2010 con un presupuesto de cinco millones que aportaría la Xunta. Sin embargo, esta iniciativa nunca vio la luz como otras propuestas de escaleras mecánicas, al menos otras dos a lo largo de las últimas dos décadas, para unir Torrecedeira con Camelias o la Porta do Sol con el Concello, como se ha hecho ahora. De hecho, ya en 2003 se hablaba de este proyecto, incluido en la redacción del Plan General, para conectar ambas zonas.
