La Escuela de Ingeniería de Telecomunicación albergará el próximo viernes 26 la primera edición de las ‘Olimpiadas Teleco’, un evento organizado por una veintena de escuelas de toda España junto al Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación con el propósito de promocionar este tipo de estudios en el estudiantado de ESO, Bachillerato y FP. Tendrá dos fases, la primera de ellas, local (organizada por la Escuela de Teleco de la UVigo en Galicia) y la segunda, a nivel nacional, en la que competirán los proyectos ganadores de la anterior.
De este modo, cientos de alumnos de centros escolares de toda Galicia competirán el día 26 por acceder a la fase nacional de esta primera Olimpiada de Teleco. De todos ellos, seis colegios e institutos proceden de la propia ciudad de Vigo, todos en la categoría de la ESO y FP que, a diferencia de Bachillerato, donde los alumnos podían apuntarse individualmente, divide a los participantes en grupos que deben diseñar y desarrollar un proyecto alineado con la ingeniería de telecomunicación y el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 11, sobre ciudades y comunidades sostenibles. Para ello deberán utilizar el material que les proporcionó el pasado mes de marzo la Escuela de Teleco, formado por kits de placas programables compatibles con Arduino.
El CPR San Miguel es uno de los institutos vigueses que intentarán hacerse con esa plaza en la Olimpiada nacional. Compiten diez alumnos de la asignatura ‘Educación digital’ impartida por el docente Iago Gómez que llevan desde mediados de marzo preparando su proyecto, un detector de ruido que diseñaron y programaron ellos mismos a partir de los materiales proporcionados por la Escuela de Teleco. “La idea es que permita mejorar la calidad de vida de los vecinos en las zonas de ocio nocturno, llevando el caso a Vigo”, explica el profesor. “Se trata, por una parte, de fomentar el civismo para no molestar a los vecinos y, en última instancia, alertar del problema de ruido a las autoridades”.
Estos diez estudiantes dividieron la preparación en varias fases, como explica Gómez: “Primero aprendieron a programar la placa que nos entregaron y luego, a través de una lluvia de ideas, eligieron la idea para mejorar la calidad de vida en la ciudad con esta tecnología. Por último, comprobaron la viabilidad de la idea y trabajaron cómo la expondrán en el concurso”. Este docente valora muy positivamente esta experiencia, “un reto perosnal y educativo muy satisfactorio para ellos” y señala que “no nos imaginábamos todo el material que nos iban a entregar”, por lo que echó en falta “un pequeño curso formativo online para los alumnos” para complementar la formación recibida.
