Nigrán, Baiona y Redondela renuncian a pedir los distintivos de las playas aduciendo distintos motivos
La ciudad de Vigo pedirá las mismas 10 banderas azules que mantiene desde hace años (9 ya consolidadas y ahora la parte principal de Samil, al funcionar la nueva depuradora), pero el resto de municipios de la Ría han dado un paso atrás y dejará de ser el espacio natural con más acumulación en España. Con seguridad se perderán 10 de los distintivos en otros tantos arenales, uno en Redondela, tres en Nigrán y seis más en Baiona. En todos los casos no por decisión de la empresa que otorga las banderas, Adeac, sino de los respectivos ayuntamientos. En Nigrán, donde gobierna el socialista Juan González, se trata de la convicción de que las banderas no aportan gran cosa, según señaló, y suponen un esfuerzo para ayuntamientos pequeños para conseguir socorristas y cumplir las exigencias de Adeac. Para el regidor nigranés, "no aportan nada, ni tienen importancia, no afectan en nada al turismo". En Baiona, que sumaba hasta seis galardones, su alcalde, también socialista, Carlos Gómez, se ciñe a los problemas económicos y logísticos que en el pasado ya obligó a otros alcaldes a renunciar a banderas concedidas ante la falta de vigilantes que puedan hacer largas jornadas. Como no hay socorristas, sostiene, descartan pedir las banderas en la convicción de que no tendrá efecto sobre el turismo. El caso de Redondela es más extremo. En este municipio, con alcaldesa del PSOE, Digna Rivas, la faceta ambiental recae sobre AER, una agrupación local de izquierda que directamente rechaza el modelo. "Las conceden una empresa privada. No aportan nada y generan mucho trabajo administrativo", aseguraba ayer Roberto Villar, de AEC. En cambio, el PP, en la oposición en los tres ayuntamientos, puso el grito en el cielo por lo que supone de impedir la promoción turística de todos ellos. En Baiona, el grupo popular recordó que la villa necesita el máximo de publicidad para sustentar los veranos y culpó al alcalde "de no entender nada". Otro tanto en Redondela, donde Javier Bas, anterior regidor, reconocía su desolación "con lo que costó lograr la bandera".
