Las nuevas medidas anti-covid afectan de forma desigual al sector de la Cultura y fueron acogidas con recelo y resignación.
Desde los profesionales del mundo de la música, de las artes plásticas o de la literatura se coincide con los promotores de eventos o editores en calificar la situación de difícil y pedir medidas directas que apoyen a la industria cultural. L a escritora Inma López Silva propone acciones concretas, mientras el editor Javier Romero ve necesario espacios adecuados para la celebración de eventos.
Algunos señalan la importancia de diferenciar entre eventos culturales y ocio nocturno, como el promotor de eventos Juan de Castro que considera que no es lo mismo ir a un teatro que entrar en un sala de fiestas. La intérprete musical María Monsonís considera necesaria cuna lectura critica ante las medidas que se toman; otros, como el artista Alberto Ardid lase ven como “una faena pero necesaria”.
“Necesitamos pautas claras de prevención”
Cómplices acaba de sacar un vídeoclip “Tierra”, un tema comprometido con la ecología. En medio de los nuevos proyectos les sorprendió el nuevo estado de alarma. Una situación para María Monsonís “con medidas extremas porque la sanidad no estaba preparada para esta pandemia; la población necesitamos pautas claras de prevención y saber cómo reforzar nuestro sistema inmune”. Reconoce que da miedo, pero desea que “no perdamos la capacidad crítica”.
“A solución non é regalar a Cultura”
La escritora Inma López Silva asegura que la situación el provoca sentimientos encontrados. “Entendo que o virus hay que paralo e sei que sociedade temos pero me niego a pensar que a responsabilidade é nosa, fai falla unha xestión que non se limite a coartar as liberdades”. Hace hincapié en la dimensión social y psicológica del confinamiento, “unha calamidade”, pero también de el perjuicio económico: “A solución non é regalar a Cultura, hai que aproveitar e cambiar o sistema”.
“Adaptamos el festival al nuevo horario”
El Galician Freaky Festival comienza mañana en Vigo con alguna adaptación como indicó su director Juan de Castro: “Mantenemos las fechas y adaptamos el festival al nuevo horario; el riesgo de contagiar en las salas es extremadamente bajo, por lo que mantenemos la edición presencial con aforos reducidos y contacto mínimo”. Como profesional, cree que las nuevas medidas están dentro de un orden, como usuario piensa que se podría distinguir entre salir para ir a un cine o a una sala de fiesta.
“El toque de queda es una faena, pero creo que es necesario”
El artista Alberto Ardid muestra actualmente su obra en la colectiva “Novos Valores” en el Museo provincial de Pontevedra y en la sala Apóstrophe, donde la pandemia redujo la posibilidad de visitas y limitó el horario. Ante la nueva situación asegura que se lamenta, pero no se queja: “El toque de queda es una faena, pero creo que es necesario”.
“Es una situación surrealista, afecta a la salud y a la economía”
La artista Lula Goce es la artista invitada a conmemorar el 75 aniversario de la ONU con un mural en Bruselas, pero ha tenido que posponer su viaje. “Esta es una situación surrealista, afecta a la salud, pero también a la economía; es muy complejo, ahora ponen toque de queda para controlar a la juventud, pero se podían haber tomado antes otras medidas”.
“Con la dependencia de internet va a generar un cambio de costumbres”
Alfons Freire dirige el espacio cultural Cubo. Considera que las medidas son necesarias, pero que para la Cultura “serán muy perjudiciales”. Señala que hay excepciones en distintos campos el apartado digital está funcionando muy bien.
“Las nuevas costumbres ligadas a la dependencia de Internet va a generar un claro cambio de paradigma de las costumbres”.
“Nos afecta más la situación en general que el propio decreto”
Javier Romero, de la editorial Elvira, acogió el nuevo decreto con resignación: “Nos afecta la situación en general, más que el decreto; este límite horario no incide directamente en nuestras actividades, pero sí otras restricciones”. Considera más grave no poder promocionar los libros con presentaciones: “Las librerías no tienen capacidad, necesitamos espacios adecuados a esta realidad.
