VIGO

Reflexión en la arena a 33 grados

Con el registro de temperatura más alto en lo que va de año, Samil fue ayer el refugio perfecto para miles de bañista, distanciados por el sistema de cuadrículas.
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Vigo alcanzó ayer su temperatura máxima en lo que va de año, con playas llenas y el regreso de los portugueses

Bañador, sombrilla y toalla fueron el equipamiento clave para miles de bañistas que ocuparon ayer las parcelas de la playa de Samil en el día más caluroso del 2020. Vigo alcanzó los 33 grados a primera hora de la tarde, convirtiendo el arenal en un perfecto refugio ante el calor durante la jornada de reflexión.

Desde primera hora de la mañana, los bañistas acudieron a Samil con una elevada presencia de ciudadanos portugueses, una estampa habitual cada verano en el arenal vigués. Y es que con las plazas de aparcamiento completamente ocupadas, las matrículas lusas tenían una representación más que significativa en el primer gran fin de semana de verano desde la apertura de la frontera con el país vecino. De hecho, en las zonas de sombra donde se ubican las mesas de piedra de Samil, los bañistas portugueses tomaron posiciones a la hora de la comida, reconociendo uno de ellos en la sobremesa que “Samil é cinco estrellas”, en perfecto portuñol.

Entre los bañistas que disfrutaron del día en el arenal vigués más popular, las amigas Cristina, Paz y Chelo reconocían que el agua estaba algo más fría que en los últimos días: “Se está de maravilla y es una suerte vivir tan cerca del mar. Con este calor no hay nada como el agua del Atlántico para refrescarse”. Antes de abandonar Samil, las tres coincidían en valorar positivamente el sistema de parcelas fijado en el arenal por la pandemia: “Es una medida estupenda, igual que lo de no poder comer en la playa para haya más movimiento de gente. Se respetan mucho las distancias”, añadieron.
La misma opinión reflejó la leonesa Amor Rodríguez, una turista fiel a Samil que se despidió ayer del arenal por este verano. “Hemos venido muchos años, incluso cuando mis hijos eran pequeños y noto la playa más limpia este año. Es la única playa que he visto con este sistema y me parece muy práctico para gestionar el aforo”, indicó antes de abandonar la playa. 
Los hermanos Juan y Fernando Álvarez también pasaron la mañana en la playa: “Este año no hay tanta gente como otros veranos y el tema de la distancia se respeta bastante, todavía hay cierto miedo a pegarse demasiado en la arena”.

A la sombra para comer

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Las mesas de Samil volvieron ayer a su estampa habitual antes de la pandemia, precisamente con una elevada presencia de bañistas portugueses que coparon las mesas del arenal sin precintar durante la hora de la comida.

“No hay nada como el agua del Atlántico para refrescarse ante el calor”

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Cristina, Paz y Chelo no dudaron en acudir a Samil durante la mañana de ayer: “Se está de maravilla y  es una suerte vivir cerca del mar. Con este calor no hay como el agua del Atlántico para refrescarse”.

“He venido muchas veces a Samil y es el año que la playa está más limpia”

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Amor Rodríguez vive en León y ayer se despidió de Samil tras unos días de descanso: “He venido mucho otros años y no me esperaba  tan buen tiempo. Además esta vez  veo la playa más limpia”.

“La gente todavía tiene cierto miedo a juntarse demasiado en la arena”

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Fernando y Juan son hermanos y residentes en Vigo: “No hay demasiada gente a pesar del calor y la gente respeta el tema de las cuadrículas. Todavía hay cierto miedo a juntarse en la arena ”

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