VIGO

Reconquista silenciosa en plena batalla contra el virus

La celebración de este año, en silencio y con encierro en las casas, donde algunos vigueses no quisieron perderse el choripán, se vistieron de época y salieron a los balcones para recordar la efeméride.

 La que tenía que haber sido la fiesta más grande de toda la historia de la Reconquista, en lo que iba a ser su primera edición como Fiesta de Interés Turístico Nacional, se convirtió ayer en un silencio de calles roto por la mañana por el sonido de alguna gaita que salía de las casas del Casco Vello. La suspensión de estas celebraciones es una más de las consecuencias del estado de alarma que se vive en todo el país para tratar de frenar la epidemia de coronavirus, y que ha obligado al confinamiento en sus casas de toda la población.

Esta vez, el enemigo no es el francés, tal como ocurrió en 1809, cuando los vigueses consiguieron el 28 de marzo de ese año expulsar a las tropas invasoras de esta plaza, convirtiéndose en el primera de Europa en lograr vencer al Ejército de Napoleón y ganándose el título de ciudad. Esta vez es contra un enemigo invisible y mortal que logra transmitirse con extraordinaria facilidad.
No ha habido los actos oficiales en la Praza da Independencia, junto al monumento a los héroes de esa gesta. También las calles del Casco Vello, que desde el viernes y durante todo el fin de semana tendrían que haber sido escenario de un gran mercadillo tradicional, de representaciones y de desfiles de tropas y alarmas, aparecía ayer sumido en el silencio... aparentemente. Porque algunos vecinos de este barrio que vio nacer la fiesta no se resignaron. Movilizados por las redes sociales, no dudaron en vestirse en sus domicilios para la ocasión y salir a festejarlo a las ventanas y balcones. Las banderas y pendones se pudieron ver por la Praza da Constitución, Torrecedeira y hasta en la calle Pontevedra sonó gaita, mientras que el grupo O Fiadeiro distribuyó un video de ánimo. Una mañana aciaga que por la tarde se animó algo con la música tradicional en muchos hogares de Vigo.
"Para nosotros es un alivio, porque venía tanta gente que no podías salir y el olor a choripán entraba por la ventana", comentaban unos vecinos de la Praza da Constitución. Otros, se lamentaban de no estar disfrutando de esta fiesta pero lo tomaban con humor. "No bajamos porque hay muchísima gente", bromeaban Laura y Miriam. El choripán, ese plato ya tradicional, también hizo hoy furor en los hogares del Casco Vello. "Me dijo el tendero que acabaron con los chorizos", señalaba un hombre que volvía de la panadería. El barrio, con sus vecinos confinados, tendrá que esperar a que se venza al coronavirus. 

“Vivimos un momento difícil a todos los niveles”

La economía del barrio se resiente por la suspensión de la fiesta

La suspensión de la Reconquista también supone graves perjuicios para la economía del Casco Vello. "Yo vendo mucho durante estas fiestas", reconocía Félix Álvarez, propietario de La Raspa. Este joyero pasa el confinamiento recluido en su vivienda del barrio, donde se entretiene leyendo. "Esta epidemia es una situación muy difícil, tanto a nivel económico, como social y psicológico", añadía.
Itos Domínguez, presidenta de la asociación Vigo Vello, que representa a los hosteleros, indicaba que el perjuicio será muy grande, "de varios millones de euros". "No solo se ha perdido esta fiesta, también la Semana Santa, que atrae a miles de turistas".
Fiz Axeitos, coordinador de la Festa da Reconquista y miembro de la Asociación Veciñal Casco Vello, reconocía que la suspensión de las fiestas, que hacían la edición número 26, ha sido muy dura, ya que todo estaba listo para su celebración. "O día en que se declarou o confinamento foi o día en que comenzabamos a pendurar as bandeiras", reconocía. No obstante, confían en que todo pase y se puedan celebrar en otra fecha. "Os ánimos están altos no barrio". 

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