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El radar de tramo dispara las multas con 14.877 en dos años

El cartel que avisa a los conductores de la existencia del dispositivo está visible antes de la entrada del túnel.
photo_camera El cartel que avisa a los conductores de la existencia del dispositivo está visible antes de la entrada del túnel.
El dispositivo de la AP-9, que alcanza los túneles de A Madroa y Candeán, incrementó un 37%  su actividad  desde 2019, con una media de 25 conductores “cazados” al día
 Activado el 20 de octubre de 2018, el radar de tramo de la AP-9 entre Peinador y Teis ha disparado en el último año el número de multas, pasando de las 5.747 sanciones de sus primeros 12 meses a los 9.130 desde 2019.
Los datos de la Dirección General de Tráfico reflejan, pese a todo pronóstico, un abultado aumento de actividad sancionadora del 37% y arrojando la friolera de 14.877 conductores “cazados” en dos años.
Situado entre los puntos kilométricos 155 y 149,48 en sentido decreciente, que incluyen los túneles de Candeán y A Madroa, la tendencia a la baja, que se había registrado en el segundo periodo del primer año en funcionamiento,  cambió hasta el punto de registrar un aumento poco previsible teniendo en cuenta el parón del tráfico de tres meses a consecuencia de la pandemia.
Señalizado de forma visible, un cartel avisa antes de la llegada al túnel de Candeán sobre la prohibición de circular a más de 90 por hora en un radio de hasta cinco kilómetros, hasta el siguiente túnel, en A Madroa, siempre en dirección descendente.
Llegó a tener una media de 35 multas al día en los primeros meses, que se redujo a 16, lo que hacía pensar que los conductores habituales se habían acostumbrado a la presencia de este radar. Sin embargo, el segundo año de funcionamiento a pleno rendimiento elevó la media hasta las 25 sanciones diarias.
El radar no mide la velocidad, al menos no directamente, sino el tiempo de paso, y de manera indirecta se mide la velocidad media de ese vehículo en un determinado tramo, es decir, en un trayecto con una longitud determinada. Es muy habitual colocar "radares" de tramo en túneles, como en el caso de Vigo, en la bajada de la autopista, la zona más empinada, y de accidentes.
La jefatura provincial de Tráfico informó que en su objetivo de rebajar la velocidad para disminuir los accidentes en los tramos con mayor afluencia o más peligros, no tiene previsto  instalar de momento ningún otro radar de estas características y mantiene más de medio centenar de los habituales en las carreteras de la provincia.

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