La victoria del PSOE en Vigo el domingo es incontestable por rotunda y por la diferencia con el resto de fuerzas. De hecho, ha sido lo que le ha permitido al partido socialista ganar también en la provincia por segunda ocasión el mismo año. En definitiva, tres elecciones en 2019 y otras tantas victorias claras del PSOE en Vigo, lo que no había ocurrido en el pasado, con un 36,5% de votos, cinco más que la media provincial y ocho por encima de la española, siendo el municipio con mayor porcentaje de España en fidelidad socialista, seguido de Hospitalet. Pero el otro lado de la visión es que en un trecho tan corto, desde abril hasta noviembre, los socialistas se han dejado por el camino 5.000 votos pese al hundimiento de Ciudadanos -14.000 votos menos- mientras que el Partido Popular parece haber reiniciado el rumbo desde el subsuelo y ha ganado otros 4.000. Miles de ellos más sobre las municipales de mayo, que tienen otra lógica.
Echando la vista atrás, dentro del carrusel electoral, en junio de 2016 el PP se impuso con claridad en Vigo con casi 52.300 votos, superando a En Marea (la denominación del conglomerado de Podemos y aliados para esa ocasión) que alcanzó los 50.830, quedando el PSOE en tercer lugar con 40.205. En abril de 2019 Podemos también fue segundo, y el PP cayó a la tercera posición. En esta ocasión el PP se quedó en segundo lugar. La cúpula popular estima que para recuperar terreno y volver a su situación “normal” tendría que alcanzar esos 50.000 votos. El domingo rozó los 37.000, así que aún le restan 13.000 por ganar. “Poco a poco, vamos avanzando”, señalaba ayer, anotando el suelo alcanzando en las municipales de mayo, un fracaso sin paliativos que supuso la dimisión de la presidenta local y la creación de una gestora. Con todo, el PP vigués se quedó en el 22,4 por ciento de los votos (cuatro puntos más que en abril), dos por encima de la media nacional, pero siete por debajo de la provincial (29%) y nueve de la gallega (31,9).
Las elecciones supusieron en Vigo una caída de la participación de casi siete puntos sobre abril (del 76 al 69,5), mientras que se dio la paradoja de que en la provincia hubo un ligero ascenso, dos puntos más. Miles de vigueses prefirieron en esta ocasión quedarse en casa.
