Los exámenes de esta ABAU fueron de todo menos usuales. Las especiales circunstancias en las que quedó enmarcada esta prueba debido a la pandemia llevaron a la CIUG a ofrecer a los alumnos más opciones en cada prueba, siendo al menos una de ellas uno de los temas estudiados durante las clases presenciales y rebajando así un poco la exigencia.
El examen de Historia de España constaba de cuatro partes valoradas con cinco puntos, por lo que los estudiantes debían elegir dos de ellas. La Restauración Borbónica, el reinado de Fernando VII y la política económica del franquismo fueron los temas elegidos para elaborar composiciones históricas, esto es, el típico comentario que antaño constituía todo el examen. Los alumnos pudieron elegir entre hacer dos o uno más una pregunta con definiciones y temas a desarrollar.
El otro examen de la parte común que se llevó a cabo ayer fue el de Lengua Castellana y Literatura. El texto a analizar fue una columna de opinión. Cada una de las ocho preguntas dispuestas en la hoja entregada a los estudiantes tenía un valor de dos puntos, por lo que estos debían elegir un máximo de 5. Entre ellas estaban el Modernismo o el teatro de Buero Vallejo.
Las sensaciones sobre la selección de temas, como es habitual, difieren mucho de un alumno a otro, aunque la satisfacción fue la tónica general.
El otro examen de la parte común que se llevó a cabo ayer fue el de Lengua Castellana y Literatura. El texto a analizar fue una columna de opinión. Cada una de las ocho preguntas dispuestas en la hoja entregada a los estudiantes tenía un valor de dos puntos, por lo que estos debían elegir un máximo de 5. Entre ellas estaban el Modernismo o el teatro de Buero Vallejo.
Las sensaciones sobre la selección de temas, como es habitual, difieren mucho de un alumno a otro, aunque la satisfacción fue la tónica general.
