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La provincia gana vecinos por primera vez desde 2013 al llegar inmigrantes

Ciudadanos venezolanos siguiendo las incidencias de su país dede Vigo.
photo_camera Ciudadanos venezolanos siguiendo las incidencias de su país dede Vigo.

Es la primera vez desde 2013 en que el territorio deja de perder habitantes, rompiendo una racha negativa que aún sigue en Ourense y Lugo. La llegada masiva de venezolanos, clave. España roza ya los 47 millones a 1 de enero de 2019  

 Por vez primera desde 2013, Vigo y la provincia de Pontevedra no pierden población en un censo oficial del INE, aunque todavía con datos provisionales, pendientes de confirmar. 

Según publicaba ayer el Instituto Nacional de Estadística, a  1 de enero de 2019 la población total de Vigo y provincia ascendía a 940.951 habitantes, lo que supone una ligerísima pero relevante mejora sobre 1 de enero de 2018, con 940.926. Un empate técnico cuyo valor reside en que se trata de la primera ocasión desde 2013 en que no hay una caída de residentes censados. 

Desde que hay datos certificados, el número total de empadronados en la provincia ha ido  creciendo hasta alcanzar en 2012 el máximo con 954.921. A partir de entonces, una larga caída que parece haberse detenido, aunque serán los próximos ejercicios los que confirmarán o desmentirán tal extremo. El resumen: en estos siete años, 14.000 residentes menos, y también le ha tocado a la mayor ciudad gallega, que ha perdido unos 4.000 debido a la baja natalidad y los saldos negativos en migración, en especial interiores, de vigueses a otros puntos de España, en especial Madrid.

En 2019 también se mantuvo al alza ligero por vez primera la provincia de A Coruña que alcanzó 1.121.928 habitantes, 500 más que en 2018. Sin embargo, las provincias de Lugo y Ourense mantuvieron su caída sin fin y siguen hacia abajo: Ourense cayó 1.500 y se queda en 307.879 y Lugo casi 2.000 hasta 329.573. Nada nuevo: el interior de Galicia se está convirtiendo en un páramo deshabitado salvo las capitales y algunas villas.

DESDE VENEZUELA

La explicación al cambio de rumbo demográfico en Vigo y provincia está en lo que ya se conocía: el saldo migratorio, que en concreto en el aspecto exterior -diferencia entre entradas y salidas de España- se ha convertido en muy positivo. 
En el primer semestre del pasado año el saldo con el exterior fue de 1.742 a favor y otros 1.590 en el segundo, sumando 3.632. De ellos, la mayoría inmigrantes extranjeros que se asentaron en la provincia -un total de 2.741- y el resto españoles de regreso. En cuanto al saldo migratorio interior -altas y bajas en relación con otras provincias- en esta ocasión también fue positivo, pero en cifras mucho más reducidas: 279 en el primer semestre y -49 (negativo) en el segundo, con apenas 230 a favor en el saldo total. Por tanto, la clave está en los intercambios muy positivos con el exterior, que han dado la vuelta al descenso de población.El flujo total de acceso a Vigo y provincia desde el exterior alcanza las 6.689 personas, un número altísimo de llegadas que se reduce con las salidas de vigueses y otros residentes en la provincia fuera de España. De ellos, algo más de 2.000 con pasaporte español, bien como retornados o como hijos o nietos de españoles. 

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