LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

La batalla, desde la línea del frente

Carmen Pellitero, TCAE en Urgencias, Doctora Lola Vila, jefa de servicio de la UCI, Adrián Sousa, médico internista, Eva G. Iglesias, enfermera supervisora, Agustín López, encargado de celadores, Natalia Portela, en comunicación, Ángel Martínez, de la cafetería Apetéceme.
photo_camera Carmen Pellitero, TCAE en Urgencias, Doctora Lola Vila, jefa de servicio de la UCI, Adrián Sousa, médico internista, Eva G. Iglesias, enfermera supervisora, Agustín López, encargado de celadores, Natalia Portela, en comunicación, Ángel Martínez, de la cafetería Apetéceme.
El personal del Cunqueiro afronta la dura batalla contra el Covid-19 con dedicación plena, sin miedo y más unión pero alerta que lo peor está por llegar:  "Vamos una semana por detrás de otras comunidades y eso ayuda a tomar decisiones". El primer médico vigués en cuarentena vuelve al hospital.

 La totalidad de la plantilla del Álvaro Cunqueiro se encuentra en la primera fila de la batalla contra el coronavirus, desde la unidad de cuidados intensivos hasta los servicios administrativos coinciden en que lo peor está por llegar y también en que no hay miedo y en que la moral está alta por el momento, aunque las precauciones van creciendo. Uno a uno explican cómo ven la situación, con esperanza y temor. 

Lola Vila, jefa de servicio de la UCI: "Estamos expectantes, viendo lo que pasa en otras comunidades, empapados con los datos y con esperanza, porque hemos tomado medidas muy pronto. Fuimos los que más tardamos en tener positivos y ya desde el momento cero se decidieron aislamientos, así que espero un impacto menor que en otras comunidades autónomas, pero estamos con la guardia levantada". En la UCI había ayer tres internados. ¿Hay espacio suficiente? "Este es un hospital nuevo, con la UCI y anestesia hay muchas camas y están además el Meixoeiro y Povisa para echar manos de ellos, creo que Vigo tiene muchos recursos". Reconoce que en el hospital están "en monotema, no se habla de otra cosa, casi sin acostarnos, pendientes de los datos, de los ingresos, de las pruebas, tratando de controlarlo todo". Sobre las medidas del personal en la UCI  señala que por sus características ya existe máxima protección, que se cumple y que los aislamientos no son algo desconocido. "Esto es alto aislamiento, cuando vienen aquí la mayor parte de someten a entubación, te proteges mucho más con nivel alto de protección", señala. Con respecto a los tres en la unidad, indica que todos  evolucionan bien las primeras semanas y luego hay picos de recaída y continúan más o menos estable. Del paciente más antiguo, el primero en Vigo,  cree que saldrá adelante.

Eva González Iglesias, enfermera supervisora del hospital de Día en oncología.  "Estamos en la primera línea de fuego, extremando al máximo las preocupación, la situación es la que es, nunca estuvimos en algo así, y se extreman las higienes de manos y las distancias de seguridad y estamos todas a una", afirma.  Sobre la moral, reconoce que de momento "bien, la tenemos alta, se irá minando supongo, nos va a pasar factura, habrá un antes y un después, vamos a necesitar ayuda psicológica todos tras esta batalla". Con respecto a los pacientes habituales de su unidad, indica que se redujo un poco la cantidad de gente, "evitando las aglomeraciones". "Tratamos que haya la menos gente posible, a veces hago mítines en la sala de espera, les digo que solos no somos capaces, tiene que haber conciencia social, todos tenemos que estar unidos, esa es la realidad que tenemos ahora. Extremando y dando ánimos".

Carmen Pellitero, TCAE (técnicos auxiliares de enfermería) en el quirófano de Urgencias del Cunqueiro. 
“Estamos asustados porque estamos en la vanguardia, pero también estamos más unidos que nunca y atentos a la evolución. Todos los medios se dedican al coronavirus, salvo los casos más urgentes". Explica que mantienen un protocolo estricto, en las distancias, "incluso en la salita, con tres personas como máximo, y lo mismo en los ascensores, con separación. Día a día hay nuevas normas del protocolo de seguridad”. Destaca que la puesta en marcha del test exprés desde el coche, en el hospital del Meixoeiro, obliga a acelerar la preparación para realizar el máximo numero de pruebas y a habilitar todos los espacios posibles en zonas como rehabilitación “para lo que pueda surgir”. “El sanitario no tiene miedo, pero es cierto que estamos asustados por lo que se nos puede venir encima, pero más unidos que nunca. Puedo decir que no se ven malas caras y todo el mundo tira para adelante, de esta vamos a salir”, zanja.

Agustín Lopez, encargado de turno de celadores del Cunqueiro. “La mayoría arrima el hombro”, asegura como resumen en una parada de su trabajo. “Estamos empezando a ver la gravedad del asunto, cada día más se ve que es algo excepcional, nada imaginado por nadie, pero hay que motivar a la gente que arrime el hombro, nos necesitamos todos", afirma. Sobre la situación en el hospital advierte de que hay compañeros que están cayendo y eso provoca temor. "Cada uno lo gestiona como puede, hay mucho miedo, y las condiciones son escasas, pero de momento no hay masificación de casos así que la moral de momento está bien, la mayoría se viene arriba, arrimando el hombro, que hay que ayudar todos, el personal sanitario y la ciudadanía, no podemos andar vacilando, ahora se ven las orejas al lobo, va muy en serio y nos viene de lleno”.

Natalia Portela, secretaria del servicio de comunicación del área sanitaria de Vigo. Su conclusión es la más clara: “Vamos una semana por detrás en la epidemia, y eso ayuda a tomar decisiones”. Como el resto de trabajadores del Cunqueiro, asume las mismas precauciones que todo el mundo. "Cuando estamos trabajando tranquiliza ver que todo el personal esta implicado, con los protocolos mejorando. Como vamos por detrás de otras comunidades en la epidemia, podemos mejorar lo que hacen otros", explica. Portela trabaja al lado de la dirección y señala que se está intentando buscar las soluciones "para lo que se nos viene. Casi estoy más intranquila en casa viendo el telediario que aquí, en el hospital". Reconoce que le preguntan los familiares y amigos y señala que están "en primera línea, concienciando que es serio y que tenemos que conseguir no bloquear el hospital, la única forma para no contagiarnos ni a los demás. Que no salgan a la calle nuestros padres. Intentamos estar pendientes de la comunicación interna para tener información rigurosa, hemos reforzado mucho la comunicación porque hay mucha demanda de comunicación a través de facebook, correos, redes sociales".

Ángel Martínez es encargado de las cafeterías Apetéceme, que dan servicio al hospital. Había tres y dos han tenido que cerrar, quedando una para el personal sanitario. "Nuestra misión es dar servicio a la gente que trabaja aquí, y se vive con cierta tranquilidad, aunque la gente está muy nerviosa con lo que pasa". El servicio se ha cambiado, pasó de buffet a 100 por cien asistido. "Se marcaron distancias de seguridad en el suelo, como en los supermercados, con líquidos desinfectantes", señala. Coincide en que viven la situación, "con moral alta, tratando de dar ánimo a los sanitarios, nuestros clientes, y los de mantenimiento, y tratando de alegrar estos momentos". 

El primer médico vigués en cuarentena vuelve al hospital

Adrián Sousa atendió al paciente 1 del área y pasó 14 días encerrado aunque dio negativo

Adrián Sousa, médico internista y especialista en enfermedades infecciosas, ha sido uno de los primeros profesionales en pasar por la cuarentena (14 días) y volver a la actividad: desde el lunes está en el Cunqueiro tras haber tenido que apartarse debido a que atendió al primer caso confirmado de coronavirus en el área sanitaria de Vigo, un hombre de nacionalidad rumana vecino de Moaña que todavía se encuentra en la UCI.  
 

¿Cómo fue el encierro en su casa? Usted fue el primero.
La verdad es que casi agradezco volver a ir a trabajar al hospital. Fuimos tres los primeros en atenderlo y los primeros en ir a cuarentena. Como estuve siempre bien, sin síntomas, sabía que estaba bien, pero al principio se hizo largo, monótono y aburrido. Desde el primero momento quería volver, me sentía mal por no hacer nada, no poder hacer deporte ni ayudar, no se lleva bien, aunque ahora que puedo ir al hospital es casi igual, porque volví el lunes a trabajar.
 

¿Qué cambios ha notado entre su ausencia y el regreso? 
Bastante cambio, aquí cada vez hay más pacientes. Se avecinan semanas complicadas. Ayer -por el jueves- estuve de guardia y hubo más ingresos. Saldremos de esta pero hay que concienciarse de hacer las cosas bien. 
 

¿Notó algo con el paciente 1?
Cuando lo vi yo al paciente 1 estaba bien, con aporte escaso de oxígeno. Es en las siguientes horas y días  cuando se ve el empeoramiento, aunque estaba consciente. 
 

Pese al contacto directo, usted no dio positivo.
Me hicieron la prueba en seguida y me dio negativo.  Lo vi en urgencias, ya estaba ingresado, pendiente de cama. Tuve poco contacto, pero lo exploré. Entré con mascarilla aunque no con todo el traje. Pensaba que era una gripe normal y no tenía todo el equipo. Ahora con todo lo que hay entramos con el equipo completo. 
 

¿Cómo está el hospital?
En el hospital hay mucha tensión entre todos los médicos, el resto de la actividad decayó, las cirugías se suspendieron, se cerró la cafetería que ayudaba a llevar mejor la mañana. En los 14 días de baja no estaban tan complicadas las cosas como ahora. Fue justo volver y desde el miércoles comenzamos a ver como se complicaba. De todas formas veía más alarmismo en la tele, sobre todo en Madrid. 
 

¿Por qué hay menos casos de coronavirus en Galicia y en Vigo?
Porque llegó más tarde, pero la dinámica es alta. No será igual por la distinta población de Galicia y Madrid pero el número de contagios crecerá al ritmo de Madrid, Veremos el efecto de las medidas en dos o tres semanas. A principios de abril sería el pico y debería comenzará a descender. 

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