JUICIO POR EL CRIMEN DE ANA ENJAMIO

Los forenses certifican que Ana Enjamio fue acuchillada reiteradamente

La Audiencia celebró ayer una nueva jornada maratoniana del juicio con jurado. En imagen el acusado y las partes.
photo_camera La Audiencia celebró ayer una nueva jornada maratoniana del juicio con jurado. En imagen el acusado y las partes.
Los expertos del Imelga que realizaron la autopsia revelan que la víctima recibió más de veinte puñaladas consecutivas y unas doce le atravesaron el corazón. Durante la declaración de los forenses en la vista por el crimen de la joven ingeniera que se ha reanudado hoy, se ha puesto de manifiesto la brutal agresión de la que fue objeto la víctima. Su asesino le tapó con fuerza la boca y la nariz para evitar que gritara y la acuchilló repetidamente con un arma compatible con un cuchillo de cocina, de unos 11 centímetros de hoja, afilado por un lado, con punta y mango.

Un amigo del procesado asegura que "estaba obsesionado con ella; le advertí que no se obsesionara, que podía acabar en el calabozo"

Las cámaras de seguridad de una gasolinera situada en el número 110 de la avenida de Madrid, a unos metros del portal donde Ana Enjamio fue asesinada a puñaladas, captaron en la hora cercana  al crimen (5:27 ) , un vehículo oscuro, que la Policía considera similar al del acusado. El instructor del caso y jefe  del grupo de homicidios así lo defendió ayer en una nueva sesión del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia en Vigo. Según declaró, “tras realizar una captura de la imagen y compararla con multitud de modelos, llegué al convencimiento de que las características coincidían con el de un Renault Megane Coupé”, el mismo que tenía César Adrio. Incidió en que “por mi experiencia no hay muchos  vehículos de ese tipo en Vigo y estoy convencido de que, aunque no se le ve la matrícula, de que es el mismo”. 

El acusado había relatado que para regresar a su casa, en Candeán, aquella madrugada no pasó por la avenida de Madrid sino que se fue por la carretera de Peinador y que se marchó de  la cena de Navidad sobre las 5:00 de  la madrugada. La Policía, además de tratar de desmontar su recorrido con las imágenes de las cámaras, aludió a las afirmaciones  realizadas por el padre para tumbar la hora a la que  habría llegado a su domicilio.

Varios agentes coincidieron en señalar que cuando acudieron a la vivienda de Candeán horas después del hallazgo del cadáver en busca de César, su padre, “de forma espontánea” les contó que su  hijo la noche anterior había ido a una cena del trabajo y que había regresado a las 7 de la mañana, se había duchado y se había ido.
Durante la inspección ocular de la escena del crimen, la Policía encontró junto al cadáver el bolso de la joven, en el que no está el móvil pero sí las llaves del coche. “Encontramos el vehículo aparcado en la zona y descubrimos que tenía la rueda rajada de forma intencionada, con un arma blanca”, señaló el instructor.
El examen más laborioso, según declaró el agente, fue el realizado a los  móviles. Además de los teléfonos del acusado, se pidió un duplicado de la tarjeta SIM del de la víctima y se colocó otra terminal. “Por los mensajes se llega a la conclusión de que acusado y víctima tenían una relación muy tormentosa a raíz de que ella pone fin a la misma”, declaró y añadió que “había un continuo interés de César por retomar la relación, ella lo rechaza, pero no atiende a razones”.
Pero la información más relevante tiene que ver con el funcionamiento del dispositivo aquella madrugada del 17 de diciembre. La Policía descubre que el último whatsapp de Samuel no llega al de Ana porque el contacto está bloqueado. El móvil estuvo apagado desde las 5:15 horas hasta las 5:48, momento en el que durante unos minutos se vuelve a encender y la operadora envía un mensaje de disponibilidad. En ese intervalo, se descubre que la antena que le daba servicio era la situada en la avenida de Madrid 131,  mientras que la habitual era la de Gran Vía 70, lo que indicaría un recorrido de la persona que se llevó el teléfono.
Respecto a los dos de César, el del trabajo y el personal, no había tráfico de datos desde las 00:00 de la madrugada hasta las nueve de la mañana, según comprobó la Policía.

La policía sobre César: “sorprendía su frialdad”

Los policías que interrogaron a César Adrio  en Comisaría, cuando acudió como testigo, coincidieron en señalar que se vieron sorprendidos por su “frialdad,  estaba asintomático, no le sorprendía nada”. Uno de los agentes añadió que “no nos preguntó en ningún momento qué había pasado, ni cuando le llamamos ni allí y no sentía ni padecía al hablar de una persona con la que había tenido una relación”. Declaró que durante el interrogatorio fue al baño unas cinco veces, “no hacía más que lavarse las manos, escuchábamos el grifo del agua constante”.

La nota de suicidio, “el indicio que faltaba para detenerle”

El episodio de intento de suicidio protagonizado por el acusado al día siguiente del crimen  fue clave para la Policía que encontró en la nota de  despedida  el “indicio” que faltaba para su detención.
Según explicó el instructor, “nosotros también nos ocupamos de los suicidios y por mi experiencia en notas similares, sabemos que cuando alguien pide perdón a una persona fallecida es una forma de aliviarse”. Añadió que ese incidente se produjo 30 horas después del hecho delictivo “cuando César ha tomado conciencia de su magnitud”.
Antes  y durante el interrogatorio en Comisaría, la Policía coincide en que fue colaborador hasta que llegó el momento de inspeccionar su coche. “Se dio orden de hacerlo como investigado. Al ver la instalación que teníamos creo que se dio cuenta de que era algo serio y entonces pidió un abogado. Tras hablar con él, se negó ya a realizar más diligencias, por lo que se tuvo que hacer a partir de ahí con orden judicial y en presencia del letrado”.

La defensa genera dudas sobre la investigación 

A preguntas de la defensa de César Adrio, los agentes admitieron que una vez se interrogó  al acusado se desecharon otras vías de investigación. Así, reconocieron que no se comprobó la declaración de la última persona certificada que vio a Ana con vida, el compañero del que se despidió cerca de su casa. “Le descartamos por la altura, ya que no coincidía con la aportada por un guardia civil testigo”, afirmó el instructor. Respecto a Samuel, el novio, afirmó que “fueron sus compañeros los que ratificaron que estuvieron juntos toda la noche”. También se descartó investigar cualquier relación con una serie de asaltos a mujeres en esa zona en esas fechas “porque no tenían vinculación, era algo de carácter sexual”. Afirmaron que tampoco se hicieron comprobaciones técnicas sobre la imagen del coche, ni se indagó sobre el contrato de telefonía del acusado por los datos o la comprobación del tráfico de antenas esa noche.

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