VIGO

La pobreza avanza sin freno en Vigo

El perfil de usuario de Cáritas se amplia con la llegada de usuarios que nunca habían necesitado ayuda.
photo_camera El perfil de usuario de Cáritas se amplia con la llegada de usuarios que nunca habían necesitado ayuda.
Las ONGs ponen en marcha todos sus recursos al detectar un aumento de las personas que piden ayuda para comer o pagar el alquiler. Muchos nunca habían recurrido a sus servicios y son trabajadores en ERTE y autónomos

 "Todavía nos quedan los meses más duros. La crisis no ha comenzado", asegura José Antonio García Cobas, secretario de Cáritas, una opinión que subscribe casi palabra por palabra Ricardo Misa, de Vida Digna, donde además añaden que "se va a notar mucho más la necesidad de la gente cuando todo se haya normalizado más". Esta visión del futuro próximo parece reafirmase con los datos del Banco de Alimentos, que después de  que el año pasado lograse rebajar en 5.000 las personas beneficiarias de sus bolsas de comida, ha repartido en apenas cuatro meses y diez días bolsas para 25.000 personas, la misma cifra que en 2018 y cinco mil más que en todo el año pasado. AFAN, otra de las ONG's consultadas por este periódico, también reconocía un aumento significativo de los beneficiarios del apoyo  que ofrecen desde sus instalaciones de la calle Pastora, adonde han aparecido "personas que nunca antes habían recurrido a los servicios sociales ni a una ONG. Son trabajadores en Erte que aún no han cobrado, otros que hasta hace poco vivían bien y que ahora tienen que recurrir a nosotros para poder comer. Es un momento muy duro para todos", aseguraba Tensi, impulsora y cara visible de esta asociación con más de 34 años de apoyo a los más necesitados. 
El trabajo que llevan a cabo desde estas organizaciones sin ánimo de lucro se suma al que realiza desde el inicio de la crisis del coronavirus el Ayuntamiento de Vigo.  En el último pleno celebrado se hizo un repaso a algunas de las medidas que se han tomado y entre las que destaca la entrega de 4.966 ayudas de emergencia social, que se elevan en total a más de medio millón de euros. Otra de las ayudas más solicitadas fue la alimentaria,  con al entrega de 800 tarjetas de alimentación o, lo que es lo mismo, 18.000 menús. Los comedores sociales regentados por las Hermanas de la Caridad, en el convento de San Francisco del Berbés, y de las Hijas del Silencio, en Urzaiz, tampoco pararon durante el confinamiento y continúan sirviendo a una media de cerca de 400 comensales todos los días, de los que 600 menús eran mediante un convenio con el Ayuntamiento. También Vida Digna sirve los fines de semana a 160 personas y a unos 180 si techo. 

Cáritas recibe 50% más de pedidos de ayuda y llega a 450 familias en un mes

 En las oficinas de Cáritas Diocesanas de Vigo la crisis del coronavirus ya se notó el primer mes con un aumento del 50% en el número de usuarios de sus servicios.   Los pedidos más comunes son los de ayuda para pagar el alquiler y servicios como la electricidad, el agua o el gas. "Es lo que más tenemos", comenta Juan Antonio García Coba, que como secretario de la ONG conoce al dedillo todas las cifras y el perfil de los usuarios de esta institución. 
Una de las novedades que han detectado en Cáritas en las últimas semanas es "el regreso de personas que hace tiempo que ya no necesitaban de nuestra ayuda, que de alguna manera habían estabilizado sus vidas con un trabajo y unos ingresos fijos y que ahora, con esta situación, tienen que pedir otra vez para poder vivir".
El profundo impacto que estos dos meses de confinamiento y de hibernación de la economía ha tenido en Vigo se refleja claramente en las cifras que manejan en Cáritas. En apenas un mes fueron concedidos más de 66.000 euros en ayudas directas, de los que 3.500 estuvieron destinados a alimentos que eran repartidos por las parroquias de la diócesis  a las familias más necesitadas. Otros 3.000 euros fueron destinados al centro de día y la escuela infantil. 
En total por sus instalaciones pasaron en un mes 450 familias entre las que "hay de todo. Hay personas que nunca se han encontrado en esta situación y que no saben cómo deben proceder y que sienten vergüenza. Hay que tener en cuenta que un 50% de los asalariados están en un Erte y que muchos no han cobrado". Esta situación "está afectando a todos. La hucha se ha acabado para la mayoría", asevera. 
Las perspectivas de futuro no son halagüeñas para García Coba que lamenta que "lo que esperamos es un aumento de casos y un agravamiento de la crisis. Esto no ha hecho más que empezar y sólo estamos viendo la punta del iceberg", dice sin poder disimular su preocupación. 

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