En plena época de exámenes y en la cuenta atrás de la Selectividad, los expertos indican que es natural tener miedo a una evaluación negativa y advierten que "se convierte en un problema cuando nos bloquea y nos genera altos niveles de ansiedad”, según explica Cristina Fanjul, psicóloga del hospital Ribera Povisa.
La ansiedad es una reacción normal ante situaciones que no se controlan y se puede manifestar de tres formas: fisiológica, motora y cognitiva. La primera incluye dolores de cabeza o estómago, sudoración de manos, sensación de ahogo, mareo. La ansiedad motora se manifiesta a través de movimientos constantes de manos y piernas, mientras que la cognitiva es la que nos impide concentrarnos y tomar decisiones. “Es la más poderosa porque es capaz de activar a las otras dos”, explica.
Ante los exámenes, es frecuente que un estudiante muestre alguno de estos síntomas, pero no son preocupantes a no ser que lleguen a limitar su vida normal. Cuando se experimentan con mucha intensidad y sin control, es conveniente acudir a un especialista, que ayudará a adquirir habilidades y estrategias para afrontarlo. “Para los estudiantes, una evaluación negativa tiene implicaciones muy importantes ya que de esa nota depende el poder seguir estudiando, elegir la carrera, acceso a becas cursos o un empleo público.
“Quedarse en blanco, por ejemplo, ocurre cuando los niveles de ansiedad son tan elevados que no sabemos gestionarlos". Los síntomas de un ataque de ansiedad son la sensación de falta de aire, palpitaciones, la sensación de que se va a perder el control, mareo o ganas de llorar. Mucha gente no sabe reconocer esos síntomas, con lo que puede ocurrir que acudan a Urgencias con un ataque de ansiedad pensando que está sufriendo un infarto.
Para evitar estos ataques de ansiedad, Fanjul recomienda aprender y practicar ejercicios de relajación progresiva y respiración abdominal, así como planificar el estudio de forma realista, objetiva y flexible. Esto último incluye descansos, establecer rutinas de sueño (7-8 horas) y de alimentación, realizar actividad física; evitar las bebidas energéticas y con cafeína; y cuidar la higiene postural.
