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Las piscinas "inundan" Vigo

Los modelos prefabricados como éste de Piscinas Míguez pueden ser instalados en un margen de cuatro días
photo_camera Los modelos prefabricados como éste de Piscinas Míguez pueden ser instalados en un margen de cuatro días
Las empresas del sector doblan sus ventas en la ciudad durante un verano en el que cada vez más personas apuestan por pasar la temporada de baño en sus hogares para prevenir posibles contagios de coronavirus
La llegada de la pandemia del coronavirus trajo consigo una fuerte crisis económica. Sin embargo, algunos sectores como el de la instalación de piscinas están viviendo la situación opuesta, llegando a doblar las ventas respecto a veranos anteriores en Vigo y sus alrededores.
El auge de las piscinas deja claro que nadie quiere quedarse sin la temporada de baño este verano, marcado por el miedo a los rebrotes. "Yo creo que se debe a que la gente es más consciente de que hay que aprovechar más los espacios privados y también hay algo de miedo a ir a las playas además del cierre de muchas piscinas públicas", asegura Iria Fariñas, de la empresa Iraqua Piscinas.
Por su parte Amalia Domínguez, de Piscinas Míguez considera que la llegada del coronavirus también ha supuesto que "el que ya se estaba pensando poner una piscina se decida definitivamente, es como un empujón al que ya estaba dudando", y añade que "las piscinas pueden ayudar a reunir más a la familia".
Y es que este verano las ventas de piscinas se han disparado, especialmente entre las prefabricadas y desmontables que se pueden instalar en cuestión de días. "Se está trabajando más del doble que en otros veranos. La gente busca inmediatez, quieren la piscina para ya si es posible, aunque en este momento con esta carga de trabajo ya se están presupuestando piscinas para finales de año", asegura Domínguez.
En otras empresas viguesas como Impertex dedicaban la mayor parte de su trabajo durante los meses estivales a realizar impermeabilizaciones en cubiertas o terrazas, "pero este verano el 90% de nuestro negocio se está centrando en piscinas", reconoce la responsable de la empresa María Luisa Italiani.
En el ámbito de las piscinas de obra, que requieren una instalación más lenta, compleja y elaborada que las prefabricadas, las ventas no están creciendo tanto. Sin embargo, "no se pueden hacer todas las que nos piden, nosotros estamos trabajando lo mismo que el verano pasado, aunque estamos recibiendo más llamadas y haciendo más presupuestos", asegura Manuel Arzúa, de Piscinas Vigo, mostrando un panorama muy favorable para este sector que está sabiendo sortear la crisis económica causada por la pandemia.
Desde Impertex destacan que el cliente interesado en las piscinas de obra "busca algo más serio, una piscina pensando más en el largo plazo y no tanto en la inmediatez, también piden especialmente piscinas que requieran el menor mantenimiento posible", afirma Italiani.
Pero este auge no se limitó a los meses de verano. Desde el período del confinamiento muchas personas empezaron a interesarse por instalar una piscina ante el miedo a los rebrotes y a tener que pasar todo un verano en el hogar. "Durante ese período, nosotros teletrabajamos en la oficina y la demanda era igual que ahora", señala Domínguez.
Sin embargo, la situación tan atípica que se vivió durante el estado de alarma limitó la forma de trabajar ya que "no podías ir a ver donde se iba a instalar la piscina y si el sitio era adecuado o no, hasta cierto punto podías trabajar pero luego no podías desplazarte, por lo que el presupuesto quedaba aceptado pero no se podía empezar la instalación", indican desde Piscinas Miguez.
Desde Iraqua Piscinas reconocen que "durante el período del confinamiento recibíamos llamadas de clientes que buscaban cualquier cosa en la que se pudiera echar agua para salir del paso ante la situación que se estaba viviendo, aunque nosotros nos especializamos en piscina de obra por lo que no podíamos atender este tipo de pedidos", asegura Fariñas. n

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