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El pequeño Nicolás vigués quería saltar a la política

El joven vigués se trasladó a Madrid en busca de proyección.
photo_camera El joven vigués se trasladó a Madrid en busca de proyección.
En Canido, donde se crió  Javier Boo, era conocido como un “fenómeno”  por sus conocimientos informáticos y en finanzas

En libertad tras ser detenido en diciembre pasado por hacerse pasar por el director de la Fundación Amancio Ortega, el vigués Javier Boo, bautizado como “el pequeño Nicolás vigués”   trató de obtener prestigio buscando un hueco a través de la política  mientras buscaba un empleo en grandes firmas.

Su arresto no pasó inadvertido en la parroquia donde se crió y donde reside su familia. En Canido, según explicaban vecinos del entorno, Javier Boo era conocido como un “fenómeno, un fuera de serie por sus conocimientos en informática y finanzas”. De hecho, hace años que no se le ve por allí. Su objetivo le llevó a otro entorno y finalmente a Madrid, donde actualmente se encuentra.

Está investigado por un intento de presunta estafa y falsedad documental, delitos que  penalmente podrían tener un castigo mínimo pero que ha abierto una brecha sobre la veracidad de su abultada y  prestigiosa trayectoria que le vinculaba a Harvard.
Según publica “El País”,  el joven coqueteaba con el PP al tiempo que hacía los contactos con consultoras y entidades financieras por teléfono o correo electrónico, incluyendo logotipos de la Fundación Amancio Ortega. Hacerse pasar supuestamente por el directivo de esta fundación fue lo que  ha puesto en entredicho su trayectoria meteórica. Hace años se posicionó como simpatizante del Partido Popular y llegó a estar como militante, pero se le dio de baja. Uno más del que Xunta y PP se han desvinculado.

Su participación en la jornada “El empleo del futuro” celebrada en la Ciudad de la Cultura y que estuvo presidida por el conselleiro de Economía le dio un importante impulso, siendo imagen del vídeo promocional de dicha jornada, en la que aparecía como asesor de  Boston Consulting Group. Se trata de una consultora norteamericana que tiene como clientes a parte de las grandes empresas de la lista Fortune 500. 

En ese evento, Javier no utilizó el nombre de la Fundación Amancio  Oterga y no habría cobrado por su participación.

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