CRISTO DA VICTORIA

Pedro Gil, entre devoto y crítico, pide la facultad de Medicina y por los débiles

El alcalde Abel Caballero, con la Hermana Mayor, Marora Martín-Caloto; el pregonero Pedro Gil, con el obispo Luis Quinteiro Fiuza y el predicador, Juan Piris Frigola, obispo emérito de Lleida.
photo_camera El alcalde Abel Caballero, con la Hermana Mayor, Marora Martín-Caloto; el pregonero Pedro Gil, con el obispo Luis Quinteiro Fiuza y el predicador, Juan Piris Frigola, obispo emérito de Lleida.
Caballero dedicó al Cristo un relato literario de su autoría durante el Pregón, donde recrea el vínculo de la talla con el pueblo vigués
n n n Castrelos acogió un año más la lectura de Pregón del Cristo de la Victoria. Pedro Gil, cirujano y representante territorial de Vigo en la Real Academia de  Medicina de Galicia, dio un discurso cargado de religiosidad y de reivindicaciones sociales y económicas. Aceptó la invitación de Cofradía porque “no podía perder la oportunidad, y a la vez la obligación, de proclamar que soy creyente y practicante”.
Desde su experiencia profesional, solicitó su intervención en la reclamación de “la necesaria facultad de Medicina, que adornaría nuestra Universidad y ayudaría a la solución de muchas necesidades sanitarias”, porque afirmó “ahora sí tenemos hospital y profesionales”. La cuestión sanitaria surgió de nuevo en el Pregón, en la sección de ruegos, al pedirle al Cristo por “los enfermos y por quienes a ellos atienden; ha sido un año de reinvidicaciones, ayudándoles a que solucionando sus peticiones, se mejore el servicio que estamos obligados a prestar”.
La atención a los mayores y a los débiles fue otra de las preocupaciones de Gil. “El médico es un hombre que se asoma a otro hombre con el afán de ayudar; mueve nuestro corazón e inteligencia para prestarles la ayuda y los cuidados que merecen nuestros mayores”. 
Con respecto a los jóvenes, acude al Cristo para pedirle que les ayude a “diseñar su verdadero camino”. En plena revolución digital y ante la globalización y la hiperconectividad, expresa la esperanza de que los guíe para “no abrumarnos y  anteponer los seres humanos a las máquinas”.
La economía local, con la fuga de empresas a Portugal y el desvío de pescado a puertos lusos también tuvo su momento en el Pregón: “Nuestro p uerto y nuestro aeropuerto pierden terreno, son desafíos que debemos afrontar con urgencia”, apunta. Así, entre sus ruegos, le pide al Cristo por la ciudad, pero también por los gobernantes “ilumina su inteligencia para que acierte su cometido o contra la que denominó “la primera epidemia mundial”, las rupturas conyugales.
La Hermana Mayor, Marora Martín-Caloto, pidió al Cristo que en estos tiempos convulsos y de crisis “una vez más, nos conduzca de la aflicción a la victoria”.
Finalmente cerró el acto, el alcalde Abel Caballero, que hizo un repaso a la trascendencia del Cristo en Vigo a través de una ficción literaria de su autoría.n

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