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De patrullar las calles de Vigo a vivir entre volcanes

Ermitas reside en Guatemala desde hace más de 3 años.
photo_camera Ermitas reside en Guatemala desde hace más de 3 años.
Ermitas Fernández dejó la Comisaría viguesa para trasladarse a Guatemala, donde dirige un periódico digital y hace talleres de artesanía

Hace más de tres años que Ermitas Fernández, policía nacional, decidió pedir una excedencia y dejar su trabajo en la Comisaría de Vigo para trasladarse junto a su marido a Guatemala. Conoció el país hace más de diez años, cuando viajó de ‘mochilera’ y “me encantó”, afirma a este diario en una conversación telefónica. Tanto que cada verano hacia una escapada al país para involucrarse en proyectos solidarios, como un albergue para maltratadas  o como cooperante ayudando tras la erupción de un volcán. 
Tras conocer a su marido, natural de Guatemala, y casarse en Vigo, “decidimos trasladarnos por su trabajo. Yo había tenido unas intervenciones complicadas y necesitaba descansar. En principio iba a ser un año sabático pero desde que llegué no paré de trabajar”, explica. En la actualidad, dirige un periódico digital y tiene una productora, además de dedicarse a la artesanía. Su marido trabaja en un proyecto de  Médicos del Mundo, en el colabora la Xunta de Galicia, para prevenir los embarazos adolescentes en el país.

Sobre estas líneas, de policía.
Según cuenta, “aquí encontré la paz que necesitaba, es otra forma de vida.  En Vigo, estuve mucho tiempo en los zeta y personas que habías detenido varias veces te veían por la calle y te identificaban. Lo ideal sería mezclar mi mar, mi marisco con esta forma de vivir”. Lo que peor lleva es  estar lejos de su familia  y amigos “de mi madre y mi hijo”.
Asegura que Guatemala “es un país muy inestable y con mucha inseguridad. A mi marido ya le han asaltado cinco o seis veces con cuchillos y armas”. Su experiencia como policía “me sirve de escudo y desconfío de todo el mundo”.
Reside en la capital y a solo una hora de un volcán, “en esa zona mi familia política tiene una casa y vamos con mucha frecuencia”. Asegura que “aquí la Policía no tiene nada que ver con la de España, es horrible  el trato a la gente y la corrupción”.
Con la pandemia, las cosas se han complicado. “Los hospitales llevan colapsados diez años, además el Gobierno no ha tomado medidas y sólo nos han confinado un día, el domingo pasado, a pesar del elevado número de contagios.  Tenemos toque de queda a las seis, cuando aquí ya es de noche, pero el resto del día hacemos una vida normal. Aquí hay muchas personas que no tienen ni para mascarillas”. 
Entre sus planes está jubilarse en Guatemala, pero regresar a Vigo al menos por un año.n

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