El olivo de Paseo de Alfonso, a sus 200 años está “como un roble”. Este árbol, todo un símbolo de la ciudad, pasó ayer su particular chequeo médico anual con la tomografía realizada por técnicos de Acciona, con unos resultados más que positivos: si bien por la pandemia no pudo examinarse el estado del olivo en 2020, el último análisis practicado denota una importante mejoría desde hace dos años, como indicó Miriam de Marcos, responsable Técnica de Arboricultura de Acciona.
Abel Caballero visitó los trabajos y tomó nota de algunas recomendaciones realizadas para que el olivo continúe en buen estado. “Si pudiera pedir algo, ampliaría el alcorque y mantendría la valla, para que la gente no lo toque, y quitaría el tráfico rodado, pero por lo visto ya se va a quitar, así que irá mejorando”, señaló la técnica de Acciona, destacando que el olivo presente una “salud de hierro”.
“Es un árbol viejo porque está desmochado en su parte superior, perdió raíz y no está perfecta, se trasplantó y vive en un entorno hostil como es una ciudad, pero está muy bien de salud para estar donde está, y un olivo puede vivir 1.000 años”, afirmó Miriam de Marcos sobre este árbol que, según la tradición, procede de un esqueje del olivo plantado por los templarios en la antigua iglesia de Santa María. Previamente a su visita, el alcalde destacó en rueda de prensa que el olivo es un “árbol singular de la ciudad” con 14 metros de altura y sin enfermedades graves: “Llevamos más de diez años realizando tomografías y mensualmente se hace un examen visual del olivo. Seguiremos realizando actividades para conservarlo”, afirmó.
