’Nunca soñamos ser cómicos: Carlos quería ser pintor y yo arqueólogo’

Cansado, durante la actuación de ayer, en Vigo. foto: nuria perez.
Javier Pozuelo Gómez, más conocido como Javier ’Cansado’, acaba hoy junto a su otra mitad, ’Faemino’ (Juan Carlos Arroyo Urbina) su actuación en Vigo con la segunda y última función de su espectáculo ’Son dos’, en el teatro del Centro Cultural de Caixanova.
Javier Pozuelo Gómez nace en Madrid en 1957 y a comienzos de la década de los ochenta inicia su trayectoria profesional como Javier ’Cansado’, junto a Carlos Arroyo Urbino, Carlos ’Faemino’. Representa la parte más seria y locuaz del dúo. En su vida privada, está casado y es padre de tres hijos.

¿No es cansado hacer reír a los demás?
No, no cansa. A veces puede llegar a angustiar porque supone una responsabilidad, pero estos momentos pasan y cuando consigues esa sonrisa, todo merece la pena, y me alegro de haber escogido esta profesión.

¿Cómo decide uno hacerse humorista?
Casi de casualidad. Me gusta la comedia y como aficionado probamos a actuar en la calle. Sin darnos cuenta alcanzamos dimensiones desproporcionadas, acudiendo cada vez más gente a vernos los domingos. De ahí, fuimos progresando. Todo sin pretenderlo, porque nunca soñamos ser cómicos: de pequeños, Carlos quería ser pintor y yo arqueólogo.

Más de dos décadas con Faemino, ¿después de tanto tiempo continúa existiendo la química?
Sexo ya no hay, sin embargo se mantiene el amor. Lo importante de Faemino y Cansado es que somos buenos amigos, y nos lo pasamos bien juntos. Creo que el secreto de nuestro éxito es que supimos mantener el espíritu del principio, por ello funcionamos sobre el escenario y somos capaces de improvisar con naturalidad.

¿Qué es más complicado hacer reír o llorar?
La respuesta es hacer reír. La prueba de lo complicado que es se pudo ver en el Club de la Comedia donde todos los participantes sudaron para conseguirlo, menos Terelu Campos, que es graciosísima.

¿Hacen humor para todos los públicos?
Creo que sí, aunque hay distintos planos: muchos se quedan con el más superficial, el lenguaje políticamente incorrecto; pero hay otro humor más fino. Somos cómicos para todo tipo de público.

¿Cómo fue su evolución desde sus actuaciones en la calle? Con pasos muy lentos y firmes. Pasaron ya 28 años desde nuestro debut en la calle, de ahí pasamos a los bares, a los centros culturales, a la tele, a los teatros y otra vez a la tele. Creímos en lo que hacíamos y no nos vendimos.

¿Es cierto que en España hay distintos sentidos del humor? No es verdad. Nosotros sintonizamos igual con el norte que con el sur.

¿Dónde se ve en 10 años?
Tengo el ánimo para verme trabajando y de gira, pero sé que cuando la gente deje de reírse conmigo habrá llegado el momento de dejarlo.


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