La humanización contempla también la reforma de sus intersecciones e instalar nuevos pasos peatonales
La reforma que el Concello y el Gobierno proyectan para la Avenida de Madrid prevé dar un lavado de cara a esta vía, el principal punto de acceso de vehículos a la ciudad. Además de la necesaria humanización y renovación estética de la avenida, puerta de entrada para numerosos visitantes, también se prevén realizar actuaciones para agilizar el tráfico así como el tránsito peatonal.
Además de eliminar las vallas metálicas, instalar nuevas aceras y zonas ajardinadas, el proyecto en el que trabaja el Ministerio de Transportes contempla la remodelación de las tres intersecciones de la avenida. La primera de ellas es el cruce con las calles Loureiro y Papuxa, a la altura del Pazo de San Roque, donde se plantea la disposición de una nueva glorieta. Se diseñarán dos vías de giro directo, la primera de ellas desde la vía de servicio de la calzada creciente hasta la Rúa do Loureiro; y la segunda, desde la vía de servicio de la calzada decreciente hasta la Rúa San Roque.
El segundo principal cruce de la Avenida de Madrid es con las calles Emilia Pardo Bazán y la Estrada Vilar, a la altura de las instalaciones de Bimba & Lola. El nuevo trazado busca favorecer la permeabilidad entre la avenida y las vías de servicio. Para ello, eliminará las tercianas y sus vallas metálicas en el entorno de la intersección mejorando la conectividad de la misma permitiendo ganar siete nuevos giros.
Sin embargo, el cruce más grande y complejo de la Avenida de Madrid es el que se sitúa a la altura del Seminario, que constituye el punto de inflexión con la autovía A-55. En este punto, el proyecto plantea conservar la tipología actual de glorieta ‘partida’. Aun así, se planifica la ejecución de nuevas isletas ajardinadas, que mejorarán la canalización del tráfico y en la mediana se contempla la generación de una zona ajardinada, aportando a la intersección un carácter más urbano.
El nuevo diseño mantendrá todos los movimientos con respecto a la actual configuración con dos modificaciones que comprenden la ejecución de las nuevas isletas para facilitar el encauzamiento del tráfico y evitar que se colapse la glorieta. Concretamente, se bifurcará el tráfico de la vía de servicio de la calzada creciente hacia el óvalo en dirección hacia el Camiño Raposeira, asimismo, se bifurcará el tráfico procedente del Camiño Raposeira y Rúa Gandarón hacia la entrada al óvalo en dirección hacia la avenida.
El proyecto también plantea mejoras a la circulación peatonal en la zona. En concreto, se prevé incrementar el número de pasos peatonales a lo largo de la avenida hasta llegar a una docena, haciéndolos coincidir con los principales flujos peatonales transversales. Estos pasos de cebra serán siempre semaforizados, y contarán con un refuerzo dedicado de iluminación, mejorando las condiciones de seguridad. Según la nueva configuración, la distancia promedio entre pasos de peatones adyacentes será de unos 190 metros a lo largo del trazado. También se contempla la pavimentación del refugio situado en la zona de la mediana, ya que en la terciana se considera que no existe un ancho suficiente para que los peatones se detengan con seguridad.
16,8 millones reservados para acometer la humanización
El convenio renovado este mes por el Ministerio de Transportes y el Concello contempla una inversión de 16,8 millones de euros para actuar a lo largo de los 2,3 kilómetros que van entre la Plaza de España hasta la intersección de la Avenida de Madrid con calle Gandarón. El Ministerio se está encargando del desarrollo y aprobación del proyecto, mientras que el Concello deberá manifestar su conformidad o reparos al mismo antes de su aprobación definitiva. Después, el Ayuntamiento licitará y ejecutará las obras conforme al proyecto aprobado definitivamente.