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El noviembre más seco y cálido

En pleno invierno meteorológico, esta era ayer la estampa de Samil por la mañana.
photo_camera En pleno invierno meteorológico, esta era ayer la estampa de Samil por la mañana.
El mes que finalizó este lunes fue de nuevo sorprendente por su alta temperatura media y la escasez de precipitaciones, apenas un tercio del año pasado.  Ayer, de nuevo plana, pero todo cambiaría a partir de mañana.

La imagen icónica del árbol de Navidad instalado el mismo día en que cientos de bañistas aprovechaban el día para darse un chapuzón en la playa ya no es propia solo de las Canarias, sino también de las Rías Baíxas, como se pudo comprobar el último día de noviembre y el primero de diciembre, en plena transición al invierno, que desde mañana debería comenzar a notarse con una caída en picado de las temperaturas y lluvias. Esa es la previsión. 

Lo que ya se sabe con total seguridad y cifras certificadas es qué ha pasado en el penúltimo mes del año, que como otros de este extraño 2020 ha sido irregular. O para ser exactos, mucho menos húmedo de que sería habitual y más cálido. De hecho, sólo otro noviembre, el de 2013, la primera de las dos grandes sequías de este siglo, la otra fue en 2017, registró menos precipitaciones que el que acaba de finalizar. 

Según los datos de los observatorios de Meteogalicia en el centro de la ciudad, se recogieron un total de 93 litros, lo que supone menos de un tercio que el año anterior, en que se había superado los 300. 93 litros es también mucho menos que en 2018 y prácticamente lo mismo que en 2017, año en que vigo estuvo a punto de sufrir un corte en el abastecimiento con Zamáns al 25 por ciento y Eiras, el importante, por debajo del 40 por ciento, letal por cuanto la planta potabilizadora actual está obsoleta y tiene dificultades para tratar el agua cuando el embalse está por debajo de dicho porcentaje.

¿En qué situación se encuentra hoy Eiras y con elllo el suministro al área metropolitana? Mucho mejor, pese a que 2020 ha sido de nuevo seco y el otoño, como había adelantado la Agencia Estatal de Meteorología, avanza con precipitaciones menos abundantes de la media. Según Augas de Galicia, que gestiona ambas presas, Eiras estaría ahora al 81,5 y Zamáns al 53, suficiente para garantizar agua durante meses. Y eso gracias a su situación en Fornelos, una de la zonas donde más llueve de toda España. Este noviembre, se recogieron en la zona 237 litros, es decir más dos veces lo que cayó en Vigo. La media del siglo para el mes 11  se sitúa en torno a los 150 litros, así que en esta ocasión, la ciudad viguesa estuvo notablemente por debajo.

Eso con respecto al agua caída. En cuanto a las temperaturas, y la imagen de la playa con gente en noviembre y también ayer 1 de diciembre, señalar que no resulta extraño del todo tras cotejar las cifras del penúltimo mes del año. Las máximas se alcanzaron precisamente en los últimos días, con más de 23 grados, siendo en cambio las mínimas de 6,9 grados. Son cifras poco habituales para noviembre y la prueba es que la temperatura media de este pasado mes ha estado por encima de los 14 grados, lo que hasta ahora no había ocurrido nunca, al menos no en la segunda década del siglo, cuando hay registros confirmados de la estaciones de control de Meteogalicia en el centro urbano vigués. En 2019, por ejemplo, la máxima no llegó a 19 y la temperatura media se quedó en 13 grados.  Otros ejercicios anteriores marcaron máximas más altas para noviembre, como fue el aso de  2015, con 25 grados, pero en cambio la media fue algo más baja.

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