Siete nacionalidades bajo el idioma universal del baile en Vigo

Bailarinas participantes en el festival.
photo_camera Bailarinas participantes en el festival.
El Consejo Internacional de la Danza conmemoró su 50 aniversario en el Auditorio Mar de Vigo con el festival inclusivo

Últimas pruebas de vestuario, último contacto con el escenario, la búsqueda de concentración y también de la inspiración. En estas estaban ayer, una hora antes de que se levantase el telón del Auditorio Mar de Vigo, diez intérpretes de siete nacionalidades distintas (Italia, España, Venezuela, Alemania, India, Brasil y EEUU). Por primera vez Galicia fue sede del Festival Internacional de Danza Inclusiva, organizado en cooperación con el Consejo Internacional de la Danza, organismo que avalado por la Unesco, que conmemoró su 50 aniversario.

Desde Portugal llegaron Sara y las dos Sofias, acompañadas por su profesora Marta, en representación de la Academia de Gaia. Con edades comprendidas entre los 17 y los 19 años, querían poner en escena el duende al que escribió Federico García Lorca. “Esto tiene mucho de expresión corporal, pero también de improvisación, cuando probamos el espacio nos limitamos a hacer unos pasos, sin definir el baile, ya que queremos que lo que salga en el escenario sea auténtico y original”, apunta Sofía. 

Su compañera Sara aclara que cuando bailan “sacamos todo lo que llevamos dentro, al principio de la intervención se nos ve un poco más tímidas hasta que vamos ganando confianza”. 

Las tres realizaron una coreografía contemporánea desde una formación en ballet clásico, en el que se iniciaron de niñas.

Anisha Subramdriam y Bird Thurman compartieron uno de los camerinos. Ambas actuaron en solitario en representación de su escuela. De origen indio, Anisha reside en Alemania y acude desde niña a la escuela Kathak Ranga. Interpretó una danza clásica de India que realizaba las clases privilegiadas en los templos. “Yo interpreto el estilo que me transmitió mi profesora, cuando esté preparada, yo también tomaré un discípulo al que pasaré mi forma de bailar”. 

Thurman procede de Chicago y llevará a escena una pieza contemporánea. “La danza es mi forma de tratar con el mundo, me hace sentir libre y me da una paz que se contagia”.

La venezolana Yoselyn Falconetti, residente en Bilbao, apostó por el jazz contemporáneo: “Necesitaba exteriorizar el sentimiento de desapego por lo que está pasando en mi país, pero también esa fuerza de un nuevo inicio”. Finalizó la intervención con un toque de pop, característico de su banda, Danza Polifacética Y. F.

La coordinadora del evento y única representante española, Laura Llauder defendió “Corazones libres” con Ricardo, bailarín con síndrome de Down de la compañía Eudanza. “Esta coreografía pone en alza la inclusión de las artes escénicas, algo que va con el espíritu del festival que realza la diversidad de la danza.

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