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Una muerte llena de incógnitas que siguen sin respuesta 17 años después

 El 30 de abril de 2002, la joven Déborah Fernández-Cervera desaparecía sin dejar rastro cuando regresaba a su casa en la Avenida de Atlántida. Había salido esa tarde a hacer footing con su prima, de la que se despidió en Samil.
La última vez que se la vio con vida iba corriendo por la “curva del matadero” en Alcabre. A los diez días, tras comenzar a investigar el lugar de la desaparición y los últimos movimientos de la joven, una mujer que salía a pasear en O Rosal se encontró el cuerpo de Déborah en una cuneta de la antigua carretera que une este municipio con A Guarda, llena de helechos y sin signos claros de violencia.
Familiares, amigos, profesores o su expareja fueron algunas de las personas del entorno de la joven que fueron intetrrogadas en un primer momento por la Policía, dando comienzo a un caso que todavía sigue sin resolverse después de 17 largos años. 
La lucha de sus familiares por esclarecer lo sucedido continuó durante todos estos años a pesar de que con el paso del tiempo, encontrar a los posibles responsables del crimen se hacía más complicado. La causa judicial llegó a archivarse ante la falta de avances, pero a principios de este mismo año, los familiares de Déborah iniciaban a través de las redes sociales un movimiento que encontró en la sociedad viguesa todo su apoyo. Se buscaba un nuevo testigo para poder reabrir el caso. En 17 años, la familia Fernández-Cervera no se ha rendido. Están convencidos de que Déborah fue objeto de un crimen y que su responsable sigue en libertad. 
La detención del presunto asesino de Diana Quer fue el primer punto de inflexión para tratar de volver a dar visibilidad a la causa. Ahora, los allegados de la víctima quieren reconstruir uno de los sucesos más extraños que continúan sin resolverse. La respuesta de los vigueses fue unánime, llenando las calles con carteles que rezaban el lema ‘‘Justicia para Déborah”, nombre que recibe también el blog que intenta dar impulso la causa.
En el décimo séptimo aniversario de la desaparición de la joven viguesa, el pasado mes de abril, en la céntrica Porta do Sol tuvo lugar un homenaje a Déborah, en el que la madre y una de sus hermanas recibieron el apoyo de más de 2.000 personas que no olvidan que el crimen se mantiene sin resolver. De hecho, a través de la página web change.org se recogieron más de 200.000 firmas de apoyo a la reapertura del caso ante la posbilidad de que prescriba.
En los últimos meses la investigación ha sido reactivada con la participación de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violencia (Ucdev) de Madrid. “Tenemos la esperanza de que lo resolveremos, tenemos tiempo suficiente”, indicó el subinspector del grupo, Carlos Segarra, a este diario hace unos días.  n

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