La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil pasó un verano en el que apenas hubo un momento de respiro. Tras el confinamiento y el inicio del periodo vacacional, los accidentes aumentaron, alcanzando un 60% más que el año pasado. También la mortalidad pareció cebarse con la provincia, registrándose ocho fallecidos, de los que cuatro integraban colectivos considerados como vulnerables, como son los motoristas y peatones. El mayor problema se centró en las carreteras convencionales, donde tuvieron lugar todos los accidentes mortales. Los principales motivos que están por detrás de esta alta siniestralidad "tres. La velocidad inadecuada, el alcohol y as drogas y las distracciones", explica Daniel Castelo, sargento de la Agrupación de Tráfico, para quien el primero está "en el origen de muchas salidas de vía. Es una cuestión de física pura, a mayor velocidad, más impacto y menos tiempo de reacción".
En el área de este destacamento -hay otras tres, una en Lalín, Vilaboa y otra en Pontevedra- los mayores quebraderos de cabeza no son las cinco grandes vías de comunicación que vertebran el área de Vigo, sino las carreteras autonómicas, comarcales y locales. Entre ellas destaca la PO-552, que una Vigo con Tui pasando por A Guarda, y en la que se han registrado algunos de los accidentes más graves de este verano, entre ellos el del autobús con trabajadores de PSA en Oia, la muerte de un joven motorista en O Rosal. Otro motorista, esta vez vecino de Oia, perdía la vida en mayo en esta misma vía. La N-550, entre A Coruña y Tui, que tiene en el Alto de Os Valos un lugar tristemente conocido por los siniestros que aquí se registran y que este verano ya se cobró la vida de un conductor en un choque frontal cuando se incorporaba a la vía desde la explanada de un establecimiento.
Además, este agente cuya vocación es "ayudar a todos los usuarios de las carreteras", puntualiza que la velocidad adecuada muchas veces no es la máxima permitida, ya que "es necesario adecuarse tanto a las condiciones de la vía como las meteorológicas o del propio conductor. Tener esto en cuenta es evitar muchos accidentes". Un buen ejemplo de la importancia de la velocidad en un accidente fue el vuelco del autobús con trabajadores de PSA en Oia, que se saldó con varios heridos, dos de ellos graves, pero que "habría sido mortal de haber circulado el vehículo 20 kilómetros más por hora"
Las distracciones son otra de las grandes trampas de la conducción. Esta puede venir del móvil o de la manipulación de algún elemento por parte del conductor. En el caso del teléfono "la situación que nos encontramos ahora es que las redes sociales o las aplicaciones de mensajería, que hacen que se pierda el contacto visual con la carretera, tengas una mano ocupada y no estés concentrado en la conducción. Una combinación que puede tener resultados fatales", explica. En relación a la red viaria, asegura que es buena y que "es el factor humanos lo determinante", recalcando que los trayectos cortos son un buen ejemplo ya que "en ellos se producen la mayoría de los accidentes porque nos relajamos, vamos con la guardia baja y muchas veces ni siquiera l se ponen el cinturón". n
