En este disco da cabida a temas intismistas como “Destellos” o más gamberros como “Tigre de bengala”. ¿Hay sitio para todo?
Es muy ecléctico, donde conviven todas las experiencias del 2019, con subidas y bajadas de ánimo. Me alegro que sea un disco del año pasado y que refleje otra realidad diferente a la que sufrimos.
¿Cómo llevó el confinamiento?
Hay quien lo aprovechó como un buen momento para componer, pero yo fui de los que se quedaron bloqueados. En la primera mitad del confinamiento, lo más duro, no sé si llegué a escribir dos versos en cuatro semanas.
Si tuviera que escoger una etiqueta para su música, ¿cuál sería?
En general es un disco pop, aunque de sus diez canciones las hay como “Destellos”, con más profundidad, cuando lo compuse tenía las emociones a flor de piel, es muy intensa, misteriosa. También hay temas melancólicos, “Joana” es un auténtico duelo o “Alma de oro”, que canta a una relación real, más auténtica, pero también todo energía como “Tigre de Bengala”. Acaba con “Pez Globo”, que es muy especial. Recupero sonidos, como el soul, que no entraban en mi música desde 1986.
Con este cuarto disco se da por superado periodos anteriores como Deluxe. ¿Qué siente?
Lo primero que pienso al mirar atrás es lo difícil que fue retomar con “Atlántico” (2012), hubo a quien le gustó, pero también a quien no, incluso quien no lo entendió. Empecé a hacer lo que me iba saliendo, experimenté la libertad e inicié un camino que sería más lento y más seguro. Quería publicar cosas no más altas, pero sí más anchas.
¿Cómo va a asumir esta promoción sin gira?
Me viene bien para centrarme, antes tenía que compaginar ensayos con entrevistas. No tenemos una estrategia a largo plazo, haremos un ensayo más largo.
