“El tercer paisaje. Principio del fin. Comienza el proceso de desaparición del mural que pinté en 2017 para @vigocidadecor”. Con este comentario despedía en su cuenta de hace unos días Lula Goce en su cuenta de instagram de una de sus obras más aplaudidas en la ciudad, los conocidos como los niños de la curva de San Gregorio. Acompaña a un vídeo en el que le da una última visual a la obra con la maquinaria moviendo la tierra en el solar lindante para la próxima construcción de la edificación que tapará definitivamente la medianera que iluminó durante tres años el barrio. La publicación superó al poco las 1.500 visualizaciones.
La artista asume el destino de su mural, aunque lamenta que su poca duración. Durante una entrevista a Atlántico, preguntada sobre el tema declaró en su momento que “en parte está asumido ese aspecto efímero del trabajo de calle, ese final forma parte de la belleza de los murales urbanos; yo lo tengo registrado, los que más pierden son los vecinos de allí”.
Aunque reconoce que os espacios de la ciudad son muy cambiantes, considera que sería positiva una planificación a más largo plazo: “Si la comunidad de vecinos tiene que firmar una cesión de la pared por diez años, Urbanismo también debiera hacerlo”. El mural surgió dentro de un movimiento vecinal para reivindicar una zona verde. Goce guarda un buen recuerdo del trabajo: “Fue muy bonito y social, donde el vecindario se implicó”.
Le consuela que la promoción parece contemplar una zona verde, la reivindicación de su mural. La construcción es de Riamar Sociedade Cooperativa de Vivendas para 39 pisos. Tendrá sótano para garaje y trasteros, dos plantas de semisótano, dos en altura para viviendas y sobre estos dos bloques, uno con tres plantas y otros con dos. Ocupará 8.353 metros cuadrados.
Otros desaparecido
La suerte que correrá el mural de Lula Goce es la misma que tuvieron otros dos encargos también del programa municipal “Vigo cidade de cor”. Así, los rostros femeninos que Elisa Gónzález inmortalizó en la medianera del número 7 de Vía Norte fue tapado dos años después por la edificación del solar lindante.
Mientras los problemas de humedad están detrás de la desaparición de la “Foresta” que José Luis Álvarez Seara pintó en el túnel de la rúa Ourense en 2017. A los once meses acudieron a solucionar las filtraciones, cubriendo la obra que nunca más se recuperó.n
