La Policía Nacional detuvo a un joven de 29 años que se hizo pasar por el morador de la vivienda de un conocido para solicitar la presencia de un cerrajero, que, inconscientemente, le ayudó a robar 800 euros, varios perfumes y otros enseres.
El detenido, quien un tiempo atrás había sido compañero de piso de la víctima en otro piso, le dijo al cerrajero que había salido a la calle y se había dejado dentro la llave de una de las dos cerraduras que tiene la puerta.
Al solicitarle el cerrajero la documentación antes de proceder a desmontar el cerrojo, este sujeto le indicó que estaba en el interior de la vivienda, y para ganarse su confianza le mostró un juego de llaves del portal del edificio y de una de las cerraduras. La Policía sospecha que se hizo con ellas después de su excompañero de piso las perdiera en un parque al que lleva a pasear a su perro.
Al acceder al piso, el detenido, según el relato del cerrajero, dio muestras de que la conocía, al igual que al perro que había en su interior. Éste aprovechó mientras el profesional instalaba un nuevo cilindro para robar y en un momento dado alegó que bajaba a buscar su cartera al coche para pagarle por su servicio, pero ya no regresó.
El cerrajero se presentó en comisaría para denunciar lo sucedido y al cabo lo hizo el morador de la vivienda, quien relató que cuando llegó a casa con su pareja vio que habían cambiado una de las cerraduras, por lo que tuvieron que pedir permiso a una vecina para acceder a la misma a través de una terraza compartida.
Una vez dentro echó en falta 800 euros, perfumes y varios efectos personales que había en la casa.
Al solicitarle el cerrajero la documentación antes de proceder a desmontar el cerrojo, este sujeto le indicó que estaba en el interior de la vivienda, y para ganarse su confianza le mostró un juego de llaves del portal del edificio y de una de las cerraduras. La Policía sospecha que se hizo con ellas después de su excompañero de piso las perdiera en un parque al que lleva a pasear a su perro.
Al acceder al piso, el detenido, según el relato del cerrajero, dio muestras de que la conocía, al igual que al perro que había en su interior. Éste aprovechó mientras el profesional instalaba un nuevo cilindro para robar y en un momento dado alegó que bajaba a buscar su cartera al coche para pagarle por su servicio, pero ya no regresó.
El cerrajero se presentó en comisaría para denunciar lo sucedido y al cabo lo hizo el morador de la vivienda, quien relató que cuando llegó a casa con su pareja vio que habían cambiado una de las cerraduras, por lo que tuvieron que pedir permiso a una vecina para acceder a la misma a través de una terraza compartida.
Una vez dentro echó en falta 800 euros, perfumes y varios efectos personales que había en la casa.
