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El juzgado cita a declarar al padre y a una amiga de Déborah Fernández

El padre de Déborah Fernández, la joven cuyo cadáver apareció desnudo en una cuneta de O Rosal en 2002, será el primer miembro de la familia en declarar ante el juzgado tras la reapertura de la causa hace ahora tres meses. Lo hará el próximo día 20 de febrero, junto con una de las amigas íntimas de la víctima, que prestará su testimonio por videoconferencia al residir actualmente fuera de España. 


Estos dos nuevos testigos se suman a los trece que ya pasaron por el juzgado, todos ellos del entorno de la joven y de su exnovio. Estas testificales habían sido solicitadas inicialmente por los abogados de la familia, pero en un primer momento fueron rechazadas. 
Tras los últimos interrogatorios llevados a cabo el pasado mes de febrero, el juzgado ha tomado una nueva decisión al respecto. Se da la circunstancia de que al padre de la joven de Alcabre nunca se le había tomado declaración, mientras que la otra testigo lo hizo en sede policial en el inicio de la investigación, pero nunca más se la volvió a llamar, a pesar de que el caso fue retomado en varias ocasiones hasta su archivo provisional en 2010. Estas nuevas diligencias corroboran que tanto el Juzgado como la Fiscalía vuelcan sus esfuerzos por intentar esclarecer qué le pasó a Déborah Fernández aquella tarde de abril de 2002 cuando salió a correr a Samil y quién está detrás de su desaparición y muerte. 

A la joven nunca más se la volvió a ver con vida. Diez días después de que se le perdiera la pista, su cuerpo era encontrado a 50 kilómetros de su casa en Alcabre. El cuerpo estaba desnudo y oculto bajo unas ramas. Aunque aparentemente el cadáver no tenía signos de violencia, la autopsia determinó que había muerto por sofocación (asfixia) sin poder aclarar si fue de forma súbita o provocada. La familia nunca creyó en la muerte accidental. El escenario claramente criminal y con pistas que la Policía cree falsas les ha llevado durante todos estos años a luchar contra viento y marea para conocer la verdad. Su esfuerzo ha conseguido lo que parecía imposible, la reapertura de la causa y, lo más importante, que todas los testigos declaren ante la autoridad judicial y la Fiscalía.

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