Igrexa-Candeán, el colegio con mayor diversidad de Vigo

Parte del claustro del Igrexa-Candeán, que trabaja en equipo para individualizar la atención de sus alumnos.
photo_camera Parte del claustro del Igrexa-Candeán, que trabaja en equipo para individualizar la atención de sus alumnos.

La baja matrícula de este centro permitió diagnosticar con mayor precisión las necesidades de su alumnado, ya que casi la mitad de los niños necesitan apoyo específico

El sistema educativo actual presta más atención a la diversidad que nunca. Los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (conocido como alumnado NEAE) se detectan cada vez con más rapidez y los colegios pueden adaptarse a sus necesidades con mayor precisión. Este alumnado NEAE son, en general, niños que presentan algún tipo de trastorno de déficit de atención, dislexia, dificultades de aprendizaje, altas capacidades o incluso extranjeros que necesitan inmersión lingüística para integrarse en el día a día del centro. En Vigo hay un colegio en el que casi la mitad de alumnos (32 de 71 en total) son NEAE, un porcentaje muy inusual que se debe al esfuerzo que el claustro ha hecho en los últimos años a la hora de diagnosticar cada uno de estos casos. Se trata del CEIP Igrexa-Candeán.

Así lo explica Asunción Portela, directora –y también orientadora– del centro, que comenta que “en un colegio con matrícula baja se notan mucho más estos casos, y como yo tengo estos dos cargos, por mi despacho a lo mejor pasan más valoraciones que en otros centros”. Una parte importante de los alumnos NEAE del Igrexa-Candeán tiene altas capacidades, lo cual hace de este centro uno de los que tiene mayor proporción de estudiantes con este tipo de necesidades. Esto se debe a una serie de diagnósticos que la directora del colegio realizó tras detectar varios casos juntos: “Eran muy distintos entre ellos, por lo que pensamos que tenía que haber más. Hicimos una especie de cribado y lo confirmamos a través de estos diagnósticos”, indica Asunción.

 

 

El hecho de haber detectado tantos alumnos con altas capacidades hace que la organización de los recursos  con los que cuenta el centro se reajusten para prestarles la atención precisa a los estudiantes NEAE –cuentan con un especialista en pedagogía terapéutica a tiempo completo que se encarga de acercar ese apoyo educativo y los profesores con liberación horaria también prestan este servicio–. Esto ha hecho incluso a que hubiera cierto ‘efecto llamada’ y varios padres de niños con altas capacidades decidieron matricular a sus hijos en el CEIP Igrexa-Candeán.

Una vez contaron con estos diagnósticos, se puso en marcha el plan de atención a la diversidad del centro. En el caso específico de los niños con altas capacidades, se trata de situaciones complejas porque “son muy distintos”, señala Asunción. En líneas generales, se hace un programa especial de enriquecimiento curricular para todos estos alumnos, pero la mayor preocupación con estos alumnos, que en el plano educativo no presentan problemas importantes, es la gestión emocional: “Su personalidad no se adapta a lo ordinario, por lo que normalmente los derivamos a gabinetes psicológicos para que trabajen su conducta y sus emociones, y eso también lo tratamos de reforzar en el propio colegio”, matiza la directora del centro. Así, Asunción hace un alegato para la reducción de ratios: “Nuestra situación, con baja matrícula, es ideal para mantener esta atención individualizada y diagnosticar los casos de necesidades de apoyo educativo. En coles con mucha matrícula esto apenas se aprecia”.

“Ahora nuestra hija es consciente de por qué se aburría en clase”

La madre de una de las alumnas con altas capacidades del Igrexa-Candeán se muestra encantada con el rumbo del centro desde que se dieron cuenta del elevado porcentaje de alumnos de este tipo que tenían. De hecho, su hija llegó al colegio cuando ya se habían implantado estos métodos pedagógicos. “Estaba matriculada en otro centro y cuando le preguntábamos qué tal en el cole  nos contestaba que sólo se aburría, aunque sacaba buenas notas”, explica. Tras su estancia en un colegio extranjero, volvió a Vigo y comenzó en el centro de Candeán, donde tras una evaluación inicial descubrieron que tenía altas capacidades. “Nos llamó mucho la atención que el tutor tiene una experiencia muy chula de aula inclusiva”, apunta, “cada uno hace sus tareas a su nivel sin que nadie tenga nada especial y todos trabajan juntos”. Además, las directrices del equipo de orientación han ayudado mucho, tanto a la familia como a la propia niña: “Ahora ella es consciente de por qué antes se aburría en clase”.

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