Los ictus e infartos que llegaron tarde

Los ictus e infartos que llegaron tarde

El neurólogo vigués, Arturo Fraga Bau, en el vestíbulo del hospital.
photo_camera El neurólogo vigués, Arturo Fraga Bau, en el vestíbulo del hospital.
 El miedo al coronavirus provocó situaciones insólitas en los centros sanitarios durante los meses de la cuarentena.

En Urgencias no estaban acostumbrados a recibir apendicitis tan evolucionadas y nunca habían perdido de un plumazo a casi la mitad de sus pacientes (los leves), ni los cardiólogos esperaban que una angina de pecho se quedase en casa o que una persona pendiente de una prueba para diagnosticar el cáncer faltase a una cita. Hasta las embarazadas llegaban tarde a Urgencias, tanto que Obstetricia y Ginecología hacía un llamiento público a primeros de abril señalando que el hospital era seguro. Aunque el coronavirus obligó a reducir a la mínima expresión las intervenciones quirúrgicas y las consultas, el Cunqueiro estuvo siempre preparado con todas las medidas de prevención necesarias para seguir atendiendo las patologías urgentes o no demorables durante la crisis y de hecho lo hizo, a pesar de que algunos pacientes se dejaron llevar por un miedo paralizante. Ya decía Aristóteles que en el medio está la virtud. Los médicos confían en que esto no vuelva a suceder en el futuro y recuerdan a sus pacientes que el hospital está perfectamente preparado para atender de forma separada el coronavirus y el resto de dolencias, y que la opción de quedarse en casa no solo puede empeorar las enfermedades sino que puede resultar fatal.

ARTURO FRAGA BAU

Neurólogo de la Unidad de Ictus del Cunqueiro

El neurólogo vigués, Arturo Fraga Bau, en el vestíbulo del hospital.

“Estamos viendo secuelas en gente con síntomas de ictus que dejó de venir al hospital”

  La Unidad de Ictus siguió trabajando en el Cunqueiro durante la pandemia, solo que con las medidas de precaución que obligaba el virus y en una nueva ubicación. Su sede estaba en la planta 2 vela D del hospital, pero se tuvieron que cambiar a la planta 4 vela A, donde comparten espacio con la Unidad de Cuidados Intermedios de Cardiología, para dejar sitio a las unidades de hospitalización que se crearon para los pacientes de coronavirus. Durante las primeras semanas de la cuarentena,  la Unidad de Ictus asistió con asombro a una bajada muy importante del número de casos que acudían a Urgencias, casi del 50% de la media habitual. El neurólogo Arturo Fraga Bau señala que es difícil saber las causas y que es algo que sucedió en muchos sitiosd e España y de toda Europa.  “Probablemente muchos pacientes con sintomatología leve o transitoria han dejado  de consultar, pero incluso en esas circunstancias de síntomas leves requieren un abordaje tiempo-dependiente. Cuanto más tarden en consultar menos margen de maniobra tenemos los neurólogos”, explica Fraga Bau. Antes de la pandemia, estos pacientes acudían al hospital. “Si una persona deja de hablar durante una hora y se le pasa lo normal es que venga a Urgencias, pero el miedo al coronavirus supera a todo los demás”. ¿Cuáles son las consecuencias de quedarse en casa? “Las consecuencias que estamos viendo y que son graves son secuelas a nivel visual, de movilidad y de habla”, advierte. Ahora se está recuperando la normalidad en el volumen de casos que reciben pero todavía hay personas que llegan tarde, con 3 o 5 días de síntomas, con lo cual “la probabilidad de que podamos administrar unos tratamientos y cuidados que reviertan esos síntomas disminuye a la mínima expresión. Lo que pedimos desde aquí y desde la Sociedad Española de Neurología es que los pacientes no dejen de venir por miedo al coronavirus y que lo hagan en tiempo y hora. Es potencialmente más grave un ictus que una hipotética infección por coronavirus”.

ANDRÉS ÍÑIGUEZ ROMO

Jefe del Servicio de Cardiología del Cunqueiro

El jefe de Cardiología, Andrés Íñiguez, en el aula de docencia del Cunqueiro.

“Los infartos llegaban tarde y la angina de pecho quedaba en casa. bajaron en un 30%”

 El Servicio de Cardiología detectó una disminución en el número de infartos durante la pandemia. En Vigo el descenso en la llegada de pacientes con síndromes coronarios agudos se cifra en un 30%, mientras que en otras zonas de España ese porcentaje fue mayor. El jefe de Cardiología del Cunqueiro, Andrés Íñiguez, asegura que los infartos “han seguido viniendo en la era Covid, pero llegaban más tarde” y que los pacientes “aguantaban más tiempo en casa por miedo”. En cambio, en  las anginas de pecho los pacientes optaban más -por quedarse en casa hasta que se solucionaba el problema o hasta que no podían más. ¿Tiene consecuencias? “Claro que tiene consecuencias, el infarto o se atiende lo más rápido posible o las secuelas son mayores cuanto más tiempo pase”, señala Íñiguez. El cardiólogo recuerda además que en Galicia desde el año 2005 funciona un programa, el Progaliam (Programa Galego de atención do infarto agudo de miocardio) que garantiza la atención en menos de dos horas a  cualquier ciudadano esté donde esté. “Es inadmisible que no vengan porque se perjudican a sí mismos. Nuestras instalaciones tiene toda las condiciones de seguridad a pesar del Covid, con estructura, tecnología, personal y equipos de protección para poder atenderlos”. Cardiología ya está recuperando la actividad normal que había antes de la pandemia reprogramando consultas, pruebas y cirugías. Una de las novedades es que 5 de los 30 cardiólogos harán consulta en horario de tarde voluntariamente, una de las soluciones de la era pos-covid para evitar aglomeraciones. Durante la crisis, se limitaron a la cirugía urgente o preferente, se turnaron para hacer teletrabajo, resolvieron muchas consultas por teléfono y tras suspender las actividades de rehabilitación utilizaron como alternativa la plataforma Telea para que algunos pacientes siguieran ejercitándose en casa.
 

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