La hostelería dará mañana un paso en Vigo tras un mes de cierre obligatorio en el que los pedidos para llevar o las entregas a domicilio fueron el único sustento. El sector inicia su nueva desescalada con aforos y horarios muy acotados, un primer avance que para los hosteleros es insuficiente. “Tenemos una sensación agridulce. Los hosteleros están deseando abrir, pero con una restricción de aforo al 30% en interior y al 50% en terrazas, con apertura solo hasta las 5 de la tarde no es un regreso rentable para muchos establecimientos”, reconoce César Sánchez-Ballesteros, presidente de la federación provincial de hosteleros.
Sánchez-Ballesteros valora positivamente que en esta reapertura se permitan las reuniones de hasta cuatro personas que no convivan bajo el mismo techo en los locales de hostelería, una demanda del sector trasladada a la Xunta en las últimas semanas en las que se sucedieron las reuniones para concretar cómo se produciría el regreso de bares y restaurantes. El cierre a las 17 horas es, junto a los aforos limitados, el punto más negativo para los representantes del sector. De hecho, la clausura de los locales por la tarde sólo afecta a aquellos municipios que, como Vigo, sitúan su incidencia acumulada a 14 días entre 150 y 250 casos por cada 100.000 habitantes; aquellos con un nivel de casos menor tendrán bares abiertos hasta las 23 horas.
A este respecto, el presidente de los hosteleros de la provincia espera que la incidencia del virus continúe una tendencia a la baja en Vigo para que en el próximo fin de semana los locales de hostelería puedan mantenerse abiertos hasta las 23 horas. “Las cenas están perdidas ahora mismo y también con el cierre a las 23 horas. Pelearemos por ampliarlo, pero por las condiciones de los locales y las restricciones que hay, muchos negocios se replantearán abrir de inmediato. Parece que una vez abres, parece que el sector ya no necesita ayuda, pero precisamos un rescate”.
Por su parte, Rubén Pérez, presidente de los comerciantes y hosteleros de Zona Náutico es tajante y califica de “decepción absoluta” la desescalada de la hostelería. “La Xunta lleva semanas preparándonos para el golpe y estas medidas eran las que pedíamos hace una semana para poder estar en un mejor nivel en el puente. Al poder abrir se acaban las ayudas y el regreso sigue sin ser rentable, no volverá ni el 5%”, afirma Rubén Pérez, quien añade que “no somos un problema, los casos no han bajado porque la hostelería haya cerrado”.
César Sánchez-Ballesteros, presidente de Feprohos.
“Con la apertura hasta las cinco de la tarde, el regreso no es rentable para buena parte de los bares y restaurantes de la ciudad”
Rubén Pérez, presidente de Zona Náutico.
“Llevan semanas preparándonos para el golpe y estas medidas eran las que el sector pedía hace una semana, es una decepción absoluta”
Puente de la Constitución con hoteles vacíos al continuar el cierre perimetral
Mañana culmina el mes de cierre fijado sobre la hostelería en la ciudad, pero el cierre perimetral junto a otros cinco municipios limítrofes –Redondela, Mos, O Porriño, Nigrán y Gondomar– se mantiene en un puente de la Constitución en el que los hoteles no podrán exprimir el tirón de la Navidad de Vigo. Si bien desde hace semanas algunos establecimientos vigueses registraron reservas para los próximos días, la restricción a la movilidad provocará una imagen inaudita: hoteles vacíos con las calles ya iluminadas.
“Este fin de semana es un leve pistoletazo de salida para la hostelería. El puente va a ser un arranque de la actividad para cafeterías y bares, pero los restaurantes se quedarán un poco fuera y en el caso de los hoteles, estarán vacíos por el cierre perimetral”, reconoce César Sánchez Ballesteros.
El pasado año, el puente de la Constitución fue un auténtico éxito para el sector turístico, con los establecimientos hoteleros llenos, un récord de visitantes en la ciudad y restaurantes trabajando a destajo tanto en los servicios de comidas como de cenas. Además, el efecto tracto de la Navidad de Vigo también impulsó las reservas y la ocupación en municipios próximos como O Porriño, Baiona y Tui; así como otros algo más lejanos como Sanxenxo. “El sector hotelero se sitúa en un punto complicado porque se observa con desesperación el hecho de perder un puente tan importante como este, sobre todo con las previsiones de un final de año en el que parece difícil que se potencie el turismo”, señala el presidente de la federación provincial de hosteleros.
Aunque el cierre de la comunidad gallega durante el puente poco va a afectar a un Vigo sitiado por el covid, desde el sector reconocen que la puesta en marcha de medidas puntuales como esta son “entendibles” ante la inminente llegada de la Navidad.
“Es lógico que la Xunta apriete ahora para poder celebrarse reuniones familiares en Navidad. Sabemos que será un periodo muy diferente porque no habrá las cenas de trabajo, ni las fiestas en las fechas más señaladas. Tras lo vivido este año, mucha gente optará por reunirse en casa con la familia”, considera César Sánchez-Ballesteros, quien también manifiesta el temor de los hosteleros a que se produzca un incremento descontrolado de contagios en enero que les lleve nuevamente al cierre.n
