Vigo

Cuatro horas de colas para recoger una bolsa de comida

Vida Digna entregó un lunes más alimentos con los que tendrán que aguantar un mes 350 familias.
photo_camera Vida Digna entregó un lunes más alimentos con los que tendrán que aguantar un mes 350 familias.
Vida Digna dividirá la entrega de los alimentos en tres días a la semana para evitar esperas
Todos los lunes, las largas colas de personas que necesitan ayuda para comer y llegar a fin de mes se repiten en las inmediaciones de la ONG Vida Digna. En esta ocasión fueron otras 350 familias las que fueron apoyadas con alimentos para aguantar hasta la última semana de agosto. Una cola que comenzó antes de las 9 de la mañana con la llegada de los más madrugadores y que no paró hasta pasadas las 13 horas. La situación con la que se están encontrando es "que las cosas no mejoran y las perspectivas para el otoño no son buenas", explica el responsable de esta organización sin ánimo de lucro, Ricardo Misa.  
Para las bolsas de comida y otros productos cuentan con ayuda de empresas como Pescanova o Frutas Nieves, entre otras, claves para poder continuar con la distribución, que se hace mediante una inscripción en la lista, con un día fijado para atender a cada persona en nombre de otro grupo. Así que la cola que se puede ver ante Vida Digna no es sino una pequeña parte de la realidad, mucho mayor. "Las colas no nos gustan, a nadie, por la propia dignidad de las personas", sentencia Ricardo Misa mientras atiende. Pero la necesidad de cumplir con las recomendaciones sanitarias obliga a que se formen largas filas de personas esperando que "queremos evitar organizando tres entregas semanales". Un cambio que introducirán una vez que cuadren toda la logística que supondrá el cambio y que les obligará a contar con más voluntarios y recursos. 
Además, durante dos semanas permanecerán cerrados para "dar un poco de descanso a los voluntarios" que desde hace meses trabajan de forma incansable ante la situación de necesidad que ha originado el coronavirus y que ha aumentado en un 40% el número de usuarios. En total, a lo largo del mes por sus instalaciones pueden llegar a pasar 1.600 familias que dependen de ellos para comer. A este contingente hay que sumar 160 sin techo que son apoyados.  
Destaca, como también lo hizo antes Cáritas y otras organizaciones,  que ha habido una auténtica avalancha de latinoamericanos, incluso antes de comenzar la epidemia, desde finales de año, lo que supone un cambio muy importante con respecto a la anterior crisis, la de 2008. “Entonces el 80 por ciento de la gente que atendíamos eran españoles, ahora están al 50 por ciento o incluso más gente que viene de fuera”, indicó.

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